Nadie imaginaba que detrás de la sonrisa bondadosa y la imagen del abuelo que regalaba alegría a millones de familias mexicanas existían meses de lucha silenciosa, dolorosa y desgastante para Eduardo Manzano.

Cuando se confirmó que él “se nos adelantó”, el mundo del entretenimiento quedó conmocionado.

Pero lo que más ha despertado controversia y curiosidad son los testimonios inéditos de quienes lo acompañaron en sus últimos días y que hoy rompen el silencio.

Mike Valencia fue el primero en anunciar la noticia, pero fue Jorge Ortiz de Pinedo quien ofreció el relato más crudo y completo sobre las horas finales de Manzano.

Contó que el actor fue ingresado al hospital tras sufrir una complicación intestinal. Los médicos determinaron que su cuerpo estaba demasiado debilitado para soportar una cirugía y la familia tuvo que prepararse para lo inevitable.

Lo más conmovedor, según Ortiz de Pinedo, es que durante al menos seis meses antes de su muerte, Manzano dependió totalmente del cuidado de su esposa, a quien él describió como una figura heroica que lo acompañó con amor absoluto en los momentos más difíciles.

La trayectoria de Eduardo Manzano supera con creces lo que se veía en pantalla. Con más de medio siglo de carrera, se convirtió en un símbolo de la cultura popular mexicana.

Sus personajes no solo provocaban risas, también dejaron huella en varias generaciones. Su papel de “abuelito de todos” en Vecinos lo volvió un integrante más de los hogares mexicanos y su frase “el hijazo de su vidaza” trascendió al imaginario colectivo.

Aunque arrastraba múltiples enfermedades, Manzano jamás se alejó del trabajo. Sus colegas coinciden en que cada vez que él entraba a Televisa, todo el personal, desde los ejecutivos hasta los técnicos, lo recibía con respeto genuino.

No solo por su fama, sino por su espíritu profesional. En sus últimos años, pese al deterioro físico, seguía actuando sin pedir ayuda, sin quejarse, sin mostrar una sola sombra de derrota.

Esa disciplina explica por qué dejó grabadas no solo la temporada 12 sino también la 13 de Familia de 10 antes de su partida.

Esto permitirá que el público siga disfrutando de su presencia en pantalla al menos un año más. Un regalo póstumo que duele y consuela al mismo tiempo, porque esos episodios capturan el esfuerzo de un artista que trabajó hasta el límite solo por amor a su oficio.

Las reacciones de sus compañeros reflejan el enorme cariño que despertaba. Jorge Ortiz de Pinedo, visiblemente afectado, apenas pudo contener la emoción al recordarlo.

Mariana Botas confesó que despertó con el corazón roto, llamándolo su “milagrito” y asegurando que siempre será su “abuelito”.

Enumeró recuerdos, risas, viajes y momentos que marcaron su vida. Andrea Torre también expresó su gratitud por las enseñanzas y la calidez que él dejó en cada rodaje.

Televisa, su casa artística por décadas, colocó un moño negro en señal de duelo por una de sus figuras más queridas. Este domingo, programas como Tú Crees y Familia de 10 transmitirán capítulos especiales en honor a Manzano, como gesto de agradecimiento hacia un hombre que dedicó su vida a hacer reír a los demás.

Lo que consuela a muchos es saber que Eduardo Manzano se fue rodeado del amor de su familia y del cuidado inquebrantable de su esposa.

Para quienes lo conocieron, su partida deja un vacío difícil de llenar, no solo en sus colegas sino también en millones de espectadores.

Eduardo Manzano no fue solo un actor. Fue la risa de un país, un ejemplo de profesionalismo, un testimonio viviente de que la pasión verdadera puede vencer incluso al dolor.

Y aunque él “se nos adelantó”, el legado de Lalito seguirá brillando, como la sonrisa dulce que el público jamás olvidará.