Era una noche oscura, cuando las estrellas en el cielo parecían secretos aún por revelar.
Terelu Campos se sentaba en su sala de estar, la luz amarilla tenue reflejándose en su rostro, trayendo consigo señales de inquietud.
Había escuchado rumores, susurros a su alrededor, pero nunca imaginó que pudieran volverse realidad.
María Patiño, su mejor amiga, había venido a visitarla esa noche.
Siempre había sido un pilar sólido, una compañera en los momentos difíciles.
Pero hoy, la mirada de María brillaba con algo inusual.
“Terelu, hay algo que necesito decirte,” comenzó, su voz temblando como si llevara un secreto pesado.
“¿Qué es?” preguntó Terelu, sintiendo que la ansiedad se apoderaba de su pecho.
Sabía que las palabras que estaban por venir podrían cambiarlo todo.
“Es sobre Diego Arrabal,” exclamó María, y esas palabras fueron como una descarga eléctrica, haciendo que Terelu sintiera que la despertaban de una pesadilla.
Diego no solo era un amigo, sino una parte integral de su vida.
“Ha estado mintiéndote.
”
Terelu sintió que la sangre se le helaba.
“¡Dime qué pasa! Necesito saber la verdad,” gritó, como si las palabras pudieran liberarla de la pesadilla que se acercaba.
“Él ha tenido una relación secreta con otra persona,” dijo María, y cada palabra era como una bala que atravesaba el corazón de Terelu.
“Lo he visto con ella, no son solo amigos.
”
La emoción de Terelu era como una tormenta, arrastrando toda razón y calma.
No podía creer lo que acababa de escuchar.
“¡Eso no puede ser! Diego me ama,” había creído que su amor era eterno, pero ahora todo parecía desmoronarse ante sus ojos.
María la miró con preocupación.
“No quiero que te lastimen, pero necesitas saberlo.
He visto fotos, y no son solo amigos.
”
Cuando Terelu miró por la ventana, el cielo oscuro reflejaba su estado de ánimo.
Se sintió como si estuviera en una película, donde cualquier cosa podría suceder, pero nadie podría salvarla de esta situación.
“No permitiré que esto suceda,” se prometió a sí misma.
Decidió que debía descubrir la verdad.
Terelu comenzó a investigar, buscando cualquier información sobre Diego y su relación secreta.
Llamadas, mensajes, fotos fueron enviados y recibidos como piezas de un rompecabezas más grande que nunca había visto.
Finalmente, después de días de búsqueda, obtuvo pruebas irrefutables.
Una foto de Diego y otra chica, tomados de la mano, sonriendo.
Como un impacto, Terelu sintió que la apuñalaban con un cuchillo afilado.
El amor que había creído en su vida se convertía en un juego.
Decidió enfrentar a Diego.
En una noche ventosa, lo citó en un pequeño café, donde solían tener hermosos recuerdos.
Cuando Diego llegó, su sonrisa era como una máscara, ocultando la verdad en su interior.
“Necesitamos hablar,” comenzó Terelu, su voz como una tormenta que se avecinaba.
“Sé todo.
”
Diego la miró, sus ojos se abrieron como si no pudiera creer lo que escuchaba.
“¿Qué? ¿De qué hablas?”
“Sobre la chica con la que estás saliendo a escondidas,” dijo ella, cada palabra como una bala.
“He visto la foto.
”
En ese momento, Diego ya no pudo mantener la calma.
“Puedo explicarlo,” dijo él, pero Terelu no quería escuchar más.
“Quizás he sido demasiado ingenua al confiar en ti,” exclamó, sintiendo que todo a su alrededor se desmoronaba.
“Tu amor por mí era solo una broma para ti.
”
Diego intentó explicarse, pero Terelu ya no estaba interesada.
Se levantó, salió del café, dejando a Diego allí, como un fantasma de lo que una vez fue.
Salió al exterior, el viento frío soplando por su cabello, trayendo consigo una sensación de libertad.
Terelu sabía que no iba a dejar que la lastimaran más.
Comenzaría de nuevo, buscando un amor sincero, no un juego.
Pero la vida nunca es simple.
Los días siguientes pasaron, y Terelu se sintió como si estuviera viviendo en una película de terror, donde cualquier cosa podía suceder.
Los rumores sobre ella y Diego se extendieron como fuego, y se convirtió en el centro de atención.
Todos querían conocer la historia, pero nadie realmente entendía el dolor que estaba sintiendo.
María siempre estaba a su lado, pero incluso ella no podía salvar la situación.
“Te mereces ser feliz, Terelu,” decía María, pero esas palabras eran solo un abrazo frío en la noche.
Finalmente, Terelu decidió enfrentar la verdad una vez más.
Escribió una carta, enviándola a todos los que alguna vez la habían amado y apoyado.
En ella, expresó su dolor, decepción y determinación.
No quería vivir más en la mentira.
“Esta es mi historia,” escribió.
“No dejaré que nadie decida mi valor.
”
Cuando la carta fue difundida, la reacción del público fue sorprendente.
Muchas personas se pusieron de su lado, apoyándola y enviándole palabras de aliento.
Terelu se dio cuenta de que no estaba sola en esta lucha.
Y luego, un día, mientras estaba sentada en el café donde todo había comenzado, un hombre desconocido apareció.
Tenía una mirada cálida y una sonrisa sincera.
“Hola, soy Javier,” dijo.
“He escuchado tu historia, y quiero decirte que eres muy valiente.
”
Terelu sintió una chispa de esperanza encenderse en su corazón.
Quizás, después de todo el sufrimiento, podría encontrar un nuevo amor, un nuevo comienzo.
Pero en el fondo de su alma, sabía que el pasado siempre sería parte de ella.
Había pasado por un shock, una exposición pública, pero ahora Terelu estaba lista para seguir adelante, no solo para sobrevivir, sino para buscar la verdadera felicidad en un mundo lleno de secretos.