Los concursantes de Supervivientes 2025 enfrentaron una de las pruebas más exigentes del reality en su camino hacia la gran final. La noche de este martes, 20 de mayo, los participantes, que ya tienen más de 70 días en Honduras, tuvieron que demostrar su resistencia física y mental en la prueba de prelíder, que nunca antes se había realizado en el concurso.
La dinámica consistió en mantener una sentadilla sobre una estructura mientras sostenían un tótem, evitando que este cayera. Eso sí, debían tener en cuenta que cualquier movimiento podía provocar su expulsión de la competición.
El desafío, diseñado para medir la fuerza en las piernas y la resistencia en la espalda y los hombros, se complicó aún más debido a las altas temperaturas. El desarrollo de la prueba se complicó aún más debido a los diferentes cambios de posición que iba marcando Laura Madrueño. En los primeros tres minutos, se les pidió que retiraran las manos de la estructura, y posteriormente, que estiraran los brazos en cruz, lo que incrementó la tensión física. Según explicó la presentadora de televisión, la estructura fue adaptada para ajustarse al peso y altura de cada participante, asegurando así la equidad en la competencia. Sin embargo, las reglas estrictas no evitaron que surgieran controversias tanto en el plató como en las redes sociales.
A medida que avanzaba el desafío, algunos concursantes comenzaron a tambalearse, aunque lograron mantenerse en la competencia. No obstante, hubo momentos en los que ciertos participantes realizaron movimientos que, siguiendo las normas, debían ser motivo de descalificación. Algunos participantes estiraron las piernas, algo que era motivo de expulsión, pero la organización del programa decidió no aplicar esta sanción en algunos casos, lo que generó críticas entre los espectadores.
Los seguidores del programa no tardaron en darse cuenta de los movimientos realizados por los supervivientes y, a través de sus redes sociales, han denunciado el supuesto favoritismo hacia los participantes, en especial hacia Anita, quien, según los comentarios, habría recibido múltiples advertencias sin ser eliminada. No obstante, otros participantes, como en el caso de Joshua, quien fue descalificado tras bajar una pierna después de 15 minutos.
“A Anita la avisó 309 veces Laura y no la descalificó, a Joshua lo avisó una vez y lo eliminó“ o ”Esto que es Anita haciendo trampas todos los puntos, juegos y todo el mundo ciegos y mudos“, son algunos de los comentarios que se pueden leer en redes sociales. Otros usuarios han salido en defensa de la exconcursante de La Isla de las tentaciones, mientras que otros han señalado que Makoke también habría incumplido las reglas al apoyarse en una pierna, pero no fue penalizada. “Y Makoke también ha tenido atrás la piernay se ha apoyado en la otra pierna y la han dejado, cuanta tirria y cuanta envidia de que sea Anita la que es prelíder y la que no ha tirado el tótem“. Pese a esta polémica, la organización ha mantenido como finalistas a Anita y Pelayo, quienes se enfrentarán el jueves a un juego para hacerse con el collar de líder y tener inmunidad y la opción de la nominación directa.
Borja González ha vivido uno de los momentos más emotivos de la noche. En lo que va de programa, nunca había sido nominado. Sin embargo, esta semana se estrenó en la cuerda floja, aunque no por mucho tiempo, pues la audiencia no dudó en salvarle. Poco después, ha protagonizado uno de los momentos más especiales de la gala tras reencontrarse con Ana Solma, con quien tiene un hijo en común, Luca.
Después de visionar varias imágenes de su primogénito, Ana le ha sorprendido en la playa. “¿De verdad pensabas que no iba a venir?“, han sido las palabras que ha pronunciado la exparticipante de Supervivientes, tan solo minutos antes de que el concursante se lanzase a sus brazos y la llenara de besos. “Lo estoy llevando todo muy bien. Ahora te estoy viendo muy bien, lo estás haciendo genial”, le ha dicho ella, cuando este ha manifestado que lo pasó mal durante las primeras semanas de su experiencia en Cayos Cochinos.
Además, este tiempo en Honduras le ha permitido hacer un balance de su relación: “Son problemas como que en las discusiones no me deja hablar, yo estoy demasiado con el móvil, no le doy tiempo de calidad y me he dado cuenta aquí que tiene razón en todo lo que decía, me he dado cuenta de todo lo malo que tenía que mejorar“.
