La periodista de TVE ha criticado la negativa de la cantante a posicionarse sobre el conflicto en Gaza tras su participación en Eurovisión 2025.
Silvia Intxaurrondo, Melody
Lo que debería haber sido una valoración sobre la participación de España en Eurovisión 2025 se ha convertido en el epicentro de una tormenta mediática sin precedentes. Melody, representante española que quedó antepenúltima en el certamen celebrado en Basilea, se encuentra en el centro de una controversia que ha trascendido lo musical para adentrarse en el terreno político, con la sanchista Silvia Intxaurrondo como una de las principales voces críticas contra la artista.
La polémica estalló durante la rueda de prensa posterior al festival, cuando Melody fue cuestionada sobre la participación de Israel y el polémico televoto. La cantante sevillana de 34 años optó por no pronunciarse, argumentando: «No voy a pronunciarme porque yo no soy política, soy artista y soy cantante. Eso que lo aclaren los políticos, que para eso se dedican a eso». Además, justificó su silencio aludiendo a una supuesta cláusula contractual con RTVE que le prohibía hacer comentarios políticos, llegando a leer parte de un documento donde se advertía del riesgo de expulsión por incluir gestos o mensajes de esta índole.
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La periodista Silvia Intxaurrondo, durante su participación en el programa La Familia de la Tele, no dudó en cuestionar abiertamente la postura de Melody: «Expresarse políticamente puedes hacerlo. Hay muchísimos candidatos que lo han hecho y no ha pasado absolutamente nada. Hay que ver si está escurriendo el bulto o si piensa que, si dice lo que piensa, va a arder Troya».
La comunicadora fue más allá en su crítica, reflexionando sobre las implicaciones sociales de este tipo de silencios: «Tenemos que pararnos a pensar cómo hay una persona que no quiere posicionarse sobre derechos humanos porque teme que la etiqueten políticamente y se le acaben los contratos».
Por su parte, RTVE se vio obligada a emitir un comunicado desmintiendo las afirmaciones de la cantante, aclarando que «en ningún momento se ha prohibido a la representante hacer comentarios políticos». La corporación pública explicó que son las normas de la UER las que establecen que las canciones, y solo las canciones, no deben incluir contenido político, pero que esto no afecta a las opiniones personales de los artistas fuera del escenario.
Un debate que trasciende lo musical
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El presentador Javier Ruiz también se sumó a la controversia desde su programa Mañaneros 360, donde planteó abiertamente: «La pregunta hoy es si Melody, si la cantante, debería haber condenado el genocidio de Israel. Porque de momento las acciones no han sido condenadas. Ella decía ‘me lo impide el contrato’. Desde luego no, este no y la cuestión abierta hoy es si lo que ha dicho ha sido suficiente o no».
La tensión aumentó cuando se conoció que Melody había cancelado su visita al programa de Broncano, lo que fue interpretado por algunos sectores como una estrategia para evitar preguntas incómodas sobre el tema.
Lo que resulta particularmente llamativo de esta situación es cómo el silencio de Melody ha sido suficiente para situarla en un espacio ambiguo que algunos han vinculado con posiciones conservadoras, sin que la artista haya expresado opiniones que justifiquen tal etiqueta. Este fenómeno refleja la creciente polarización del debate público, donde la neutralidad o la no pronunciación se interpretan como posicionamientos políticos en sí mismos.
La respuesta de Melody ante las críticas
Lejos de amedrentarse, Melody ha mantenido su postura. El pasado martes 27 de mayo reapareció en sus redes sociales tras una semana de ausencia pública posterior a la final de Eurovisión. En su publicación, la intérprete de Esa diva reforzó su posición ante el aluvión de críticas recibidas, dejando claro que no modificará su postura a pesar de la presión mediática.
El intento de la cantante por mantenerse al margen no ha servido para frenar las críticas que la acusan de mantener una equidistancia incómoda en un contexto donde cada vez más voces del ámbito cultural y artístico reclaman pronunciamientos claros sobre el conflicto en Gaza. La presión para que los artistas tomen postura ha ido en aumento conforme avanza el clamor internacional ante lo que muchos organismos ya califican de «genocidio» por parte de Israel.
En ese clima, las palabras conciliadoras de Melody —»deseo la paz y mucho amor para todos»— han sido cuestionadas por ambiguas. La línea entre diplomacia y ambigüedad se ha vuelto cada vez más delgada, y su intento de sortear la controversia ha terminado por situarla en el ojo del huracán. La artista, que ya dejó entrever su frustración por el rumbo de su candidatura y la puesta en escena con la que compitió en Basilea, vive ahora una tormenta mediática de mayor calado, no tanto por lo que dijo, sino por lo que decidió no decir.
Un reflejo de la polarización mediática
Silvia Intxaurrondo se sorprende con lo que ha hecho Melody tras Eurovisión y lo dice abiertamente en TVE
Este episodio pone de manifiesto cómo el mundo del entretenimiento y la cultura no puede escapar de los debates políticos más candentes de nuestro tiempo. La participación de Israel en Eurovisión 2025, en pleno conflicto en Gaza, ha convertido al festival en un escenario donde lo artístico y lo político se entrelazan inevitablemente.
La controversia en torno a Melody y las críticas de figuras como Silvia Intxaurrondo evidencian también las tensiones existentes en el panorama mediático español, donde las posturas sobre determinados conflictos internacionales se han convertido en líneas divisorias que trascienden el ámbito estrictamente informativo para adentrarse en el terreno del entretenimiento y la cultura popular.
Mientras tanto, la cantante sevillana parece decidida a mantener su posición de no pronunciarse sobre asuntos políticos, a pesar de las críticas y la presión mediática. Una decisión que, paradójicamente, la ha situado en el centro de un debate político del que precisamente intentaba mantenerse al margen.