El tema que se ha destapado recientemente sobre los abusos y amenazas que Dulce, una persona querida por muchos, sufría a manos de su hija Romina, ha conmocionado a todos. El doloroso relato revela una relación fracturada y cargada de insultos, maltratos verbales y un entorno tóxico que podría haber tenido consecuencias mucho más graves si no se hubiera intervenido.

Al abordar este tema, nos encontramos con un cuadro desgarrador de una hija que no solo descalificaba verbalmente a su madre, sino que también la amenazaba y manipuaba emocionalmente, generando una situación de profunda angustia y sufrimiento.

Romina, según relatos cercanos, utilizaba insultos muy fuertes para referirse a su madre. Una de las expresiones más graves que le dirigía era “pendeja”, una palabra cargada de desprecio que, en el contexto mexicano, es considerada una de las mayores ofensas.

Lo más impactante de esta situación es que estos insultos no eran meras discusiones pasajeras entre madre e hija, sino que eran parte de un patrón constante de descalificación y maltrato emocional. La hija, en vez de ofrecer apoyo y cariño, desbordaba su frustración con ataques verbales y, aparentemente, no mostraba ningún tipo de respeto por la mujer que le dio la vida.

Este comportamiento tan destructivo por parte de Romina no solo afectó la estabilidad emocional de Dulce, sino que, además, esta situación de abuso verbal tenía un impacto directo en su salud. Es sabido que el estrés y la angustia prolongada pueden tener efectos devastadores en el bienestar físico, y es posible que estos factores hayan contribuido a complicaciones en la salud de Dulce.

A pesar de sus propios problemas de salud, que la llevaron a realizar pruebas médicas para detectar posibles enfermedades graves, lo que recibía de su hija no era apoyo, sino una constante presión emocional.

En uno de los relatos más desgarradores, se menciona cómo Dulce fue atacada por su hija por motivos personales y de salud, lo que culminó en una sensación de impotencia que afectó profundamente su estado de ánimo.

“Llamaba a su madre pendeja y le decía que no servía para nada”, comentaron los cercanos a la familia. Estas palabras, como un cuchillo que perfora el alma, destrozaban la autoestima de Dulce y la dejaban en una situación de vulnerabilidad extrema.

Además de los insultos, también se mencionan amenazas más graves hacia Dulce. Aparentemente, Romina no solo limitaba sus agresiones al ámbito verbal, sino que también recurría a amenazas de carácter físico y psicológico. La situación se fue tornando tan peligrosa que Dulce sentía que su hija podía llegar a causarle daño físico si no se alineaba a sus expectativas.

Esta amenaza implícita dejó una marca profunda en la madre, que temía por su seguridad y se encontraba atrapada en una situación de abuso emocional constante.

Lo más perturbador es que Romina no se conformaba con el trato hacia su madre, sino que también recurría a las redes sociales para amenazarla, utilizando cuentas falsas en Instagram para acosar a su madre y a otras personas cercanas. A través de estas cuentas, Romina lanzaba insultos y atacaba la reputación de su madre, dejándola expuesta a críticas y comentarios crueles.

Incluso se llegó a decir que Romina le decía a Dulce que su éxito se debía solo a su relación con personas mayores, insinuando que solo aprovechaba su posición para destacarse en el mundo de la música.

Ante este panorama de abuso y amenazas, se ha revelado que Dulce le pidió a un amigo cercano que, en caso de que algo le sucediera y no pudiera cumplir con su última voluntad, hablara en su nombre para denunciar lo que estaba viviendo. Este amigo, quien tenía conocimiento de todo lo que ocurría dentro de la familia, ha decidido hacer pública su versión de los hechos.

Asegura que, si no se cumplían las peticiones de Dulce, su amiga le dijo que podía contar todo lo que sabía sobre los abusos y agresiones que sufría de su hija Romina.

El amigo de Dulce se ha mostrado firme en su decisión de hablar, asegurando que está compartiendo la verdad, aunque esto podría traer consecuencias legales. Según lo que menciona, si Romina decidiera demandarlo, él estaría dispuesto a enfrentarse a ella y presentar pruebas de los abusos que ha relatado. Además, ha dejado claro que, en caso de que la situación se compliquese aún más, está dispuesto a tomar acciones legales en contra de la hija por maltrato y amenazas.

A medida que la historia se desarrollaba, también salieron a la luz detalles de la negligencia médica que pudo haber contribuido al deterioro de la salud de Dulce. Ella había detectado un problema de salud en sus riñones, que inicialmente se consideró como una simple mancha, pero que más tarde resultó ser un tumor.

Aunque los médicos inicialmente diagnosticaron que no había nada grave, el tumor se agrandó y se diseminó, afectando gravemente otros órganos, como los pulmones. Lamentablemente, la enfermedad avanzó rápidamente, y aunque se sometió a una operación, la intervención llegó tarde para salvar su vida.

En este contexto, el amigo de Dulce ha asegurado que, si la mujer hubiera recibido la atención médica adecuada a tiempo, posiblemente se habría prolongado su vida. Pero debido a la falta de seguimiento de los problemas de salud, el cáncer avanzó de manera imparable. Esta situación de negligencia médica deja una gran pregunta en el aire sobre lo que podría haberse hecho para salvar a Dulce, y genera un sentimiento de impotencia e indignación.

Una de las partes más perturbadoras de toda esta situación son las amenazas de muerte que Romina supuestamente hizo contra el amigo de Dulce. Estos mensajes, enviados a través de cuentas falsas en redes sociales, dejaban claro que Romina no dudaba en utilizar su poder para manipular a las personas y eliminar a quienes consideraba obstáculos en su camino. El miedo que experimentó este hombre ante las amenazas de Romina es comprensible, y su decisión de no asistir a la cremación de Dulce, por miedo a enfrentarla, resalta la tensión que había entre ellos.

Lo que está claro es que esta familia ha quedado profundamente fracturada. Las amenazas, los insultos, el abuso emocional y la negligencia médica han dejado una marca imborrable en la vida de Dulce y de su entorno cercano. La historia que se ha destapado evidencia una relación dañina entre madre e hija que, lamentablemente, terminó de una manera trágica.

Sin embargo, ahora que se ha hecho público este relato, queda la esperanza de que la verdad salga a la luz y se haga justicia por el sufrimiento de Dulce. Las palabras de su amigo, quien ha decidido hablar en su nombre, son un testimonio valioso de lo que realmente sucedió en las sombras de esta familia rota.