Miguel Ángel Revilla, conocido por su franqueza y larga trayectoria política, no ha dudado en expresar su opinión sobre el reciente episodio protagonizado por Isabel Díaz Ayuso en la conferencia de presidentes.
En una entrevista para La Sexta Explica, calificó lo sucedido como un “espectáculo deprimente” que va mucho más allá de un simple desacuerdo político.
El incidente al que se refiere fue el momento en que Ayuso abandonó la reunión tras escuchar intervenciones en lenguas cooficiales, un gesto que para Revilla no es una rabieta ni una cuestión personal, sino un desprecio hacia la cultura e identidad de millones de españoles.
“Para los vascos, catalanes y gallegos, esas lenguas forman parte de su identidad, y escucharlas en un foro estatal es un derecho, no un privilegio”, señaló.
Revilla subrayó que esta actitud no fue espontánea, sino una estrategia calculada.
La presidenta madrileña había anunciado previamente que no usaría el pinganillo y que se levantaría si se hablaba en otro idioma que no fuera el castellano.
Para el expresidente cántabro, estos gestos buscan provocar, generar titulares y reforzar una imagen basada en la confrontación más que en el diálogo.
La advertencia más contundente de Revilla fue la que lanzó sobre el futuro de España si este estilo político se impone a nivel nacional.
“Si Ayuso llegase a ser presidenta del gobierno, pondría en peligro la unidad de España”, afirmó sin rodeos.
Para él, la política no puede convertirse en un concurso de provocaciones y enfrentamientos, pues eso erosiona la convivencia y la cohesión entre territorios.
Además, Revilla destacó que gobernar un país requiere más que ganar elecciones en una comunidad autónoma.
Se necesita capacidad de diálogo, sentido institucional y respeto por la pluralidad, valores que considera que la presidenta madrileña está socavando con sus gestos y actitudes.
En su análisis, el veterano político también criticó la estrategia general del Partido Popular en relación con territorios como Cataluña y el País Vasco.
Considera preocupante que el PP sea testimonial en estas regiones y, al mismo tiempo, fomente un discurso que alimenta el resentimiento, lo que a su juicio limita su capacidad para representar a toda España.
Revilla defendió la riqueza cultural y lingüística de España, recordando que la pluralidad no debe ser vista como un obstáculo, sino como un valor.
“España ha convivido durante siglos con diferentes idiomas y culturas.
Lo que debería escandalizar no es que alguien hable catalán o euskera, sino que alguien se niegue a escucharlos”, afirmó.
También elogió la actitud de líderes del PP que optaron por la sensatez y el respeto institucional, como Alfonso Rueda, presidente de Galicia, quien utilizó el gallego sin generar conflicto y permaneció en la reunión.
Para Revilla, estos ejemplos demuestran que se puede ser firme sin caer en la hostilidad ni la ruptura.
Una de las críticas más duras fue hacia la justificación de Ayuso de sus actos en nombre de la libertad.
Para Revilla, la verdadera libertad implica convivir con quienes piensan o se expresan diferente, y no imponer una visión única.
“Usar la palabra libertad para despreciar al otro es pervertir su significado”, sentenció.
El expresidente cántabro concluyó con una llamada a la reflexión para toda la ciudadanía.
Advirtió que si los líderes políticos continúan utilizando la confrontación como estrategia, el daño a la unidad nacional será irreversible.
“Todavía estamos a tiempo de corregir el rumbo, pero hace falta más diálogo, empatía y sentido común”, afirmó.
Revilla insistió en que la política no debe ser un espectáculo ni un concurso de titulares, sino un pacto para convivir y construir juntos.
Su mensaje es un recordatorio de que el respeto y la institucionalidad son pilares fundamentales para una democracia sólida y que la pluralidad debe ser celebrada, no utilizada como arma política.
En definitiva, las palabras de Miguel Ángel Revilla representan una voz experta y crítica que pone en alerta sobre los riesgos de normalizar actitudes que fracturan la convivencia.
Frente al ruido y la provocación, propone un camino de diálogo y respeto que, según él, es la única vía para garantizar la estabilidad y el futuro de España.
Este episodio abre un debate necesario sobre el tipo de liderazgo que la sociedad española quiere y necesita.
¿Estamos dispuestos a apoyar a quienes dividen o a quienes buscan unir?
La respuesta a esta pregunta será clave para el rumbo político del país en los próximos años.
Gracias por acompañarnos en este análisis sin filtros.
Te invitamos a reflexionar y compartir tu opinión sobre el futuro de la política española y el papel que deben jugar sus líderes.