PRUEBA CLAVE en el TRIPLE FEMICIDIO: la FOTO de PEQUEÑO “J” y LARA, JUNTOS

Una fotografía que parecía inofensiva se ha convertido en una de las piezas más importantes en la investigación del triple femicidio que conmociona a Buenos Aires.

En la imagen aparece Lara, una adolescente de 15 años, junto a Pequeño “J”, hoy considerado una figura central en el caso.

La foto fue tomada 13 días antes del crimen, el 6 de septiembre, en la intersección de la avenida Rivadavia y La Fuente, en el barrio de Flores, donde la joven ejercía la prostitución.

De acuerdo con el testimonio de una amiga, esa noche Lara comentó que debía encontrarse con dos hombres de nacionalidad boliviana alrededor de las nueve.

Según su relato, los hombres le habían hecho una propuesta de índole sexual, que implicaba pasar tres días con ellos en un lugar no especificado.

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Lara, sorprendida, no aceptó de inmediato, aunque accedió a cenar con ambos en un local de comida rápida cercano. Esa fue la última vez que alguien la vio con vida.

Las investigaciones posteriores permitieron identificar a uno de los hombres como Pequeño “J”, reconocido por la chaqueta apoyada sobre su hombro, coincidente con otras imágenes obtenidas por la policía.

El segundo individuo, cuya identidad aún se desconoce, también es considerado sospechoso directo en el asesinato de Lara, Brenda y Morena.

A partir del hallazgo de esta fotografía, la causa tomó un nuevo rumbo. Los fiscales ordenaron la revisión de todas las cámaras de seguridad ubicadas en la avenida Rivadavia, una zona ampliamente vigilada.

El abogado de la familia de Lara solicitó formalmente la recuperación de los registros de video de la noche del 6 de septiembre, tras descubrir que no habían sido analizados en profundidad.

Estos registros podrían confirmar los movimientos y trayectos de Lara junto a los sospechosos antes del crimen.

Inicialmente, se creyó que los implicados eran ciudadanos bolivianos, pero las pericias confirmaron que, en realidad, uno de ellos era peruano.

Un detalle que llamó la atención de los investigadores fue un graffiti visible detrás de Lara en una entrevista televisiva anterior, con la inscripción “Perú 111”, lo que podría indicar un posible vínculo con personas de esa nacionalidad.

De forma paralela, la justicia logró incautar el teléfono celular de Pequeño “J”, considerado una prueba de gran magnitud para el caso.

Según fuentes judiciales, el dispositivo podría contener mensajes, llamadas y datos de ubicación que reconstruyan su itinerario de fuga —desde Argentina, pasando por Bolivia, hasta llegar a Perú—.

Los especialistas creen que el sospechoso no contaba con los conocimientos técnicos necesarios para eliminar rastros digitales, por lo que el análisis forense podría revelar un plan de impunidad detallado, incluyendo los contactos y apoyos recibidos durante su huida.

El proceso de extradición de Pequeño “J” avanza rápidamente. Las autoridades peruanas han manifestado su intención de resolver el trámite en un plazo de 15 a 30 días.

Las audiencias en Lima están siendo conducidas por un juez de paz, ya que Perú no ha abierto una causa penal en su contra, limitándose a los aspectos técnicos del procedimiento.

Argentina, por su parte, prepara la documentación complementaria para solicitar formalmente su entrega.

Las autoridades sospechan que el análisis completo del teléfono podría arrojar nuevas evidencias relacionadas con una posible red de explotación sexual y trata de personas con alcance regional.

Una fuente de la policía bonaerense señaló que “es probable que el aparato contenga conversaciones y fotografías que demuestren cómo se organizó la desaparición de las víctimas”.

La madre de Lara, Estela, continúa exigiendo justicia: “Mi hija no es solo una víctima más. Representa a muchas chicas engañadas, utilizadas y asesinadas en silencio. Solo quiero que la verdad salga a la luz.

El caso ha dejado de ser una tragedia aislada para transformarse en un símbolo del drama social de la violencia de género y la trata de menores en Argentina.

Una sola imagen, tomada por azar, se ha convertido en el testimonio más poderoso de una historia que el país entero exige conocer: ¿qué ocurrió realmente después de aquella noche del 6 de septiembre?

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