La guerra mediática en Telecinco no da tregua y cada día trae un nuevo capítulo más intenso y cargado de drama.
Esta vez, el enfrentamiento entre Ana María Aldón y Gloria Camila ha escalado hasta un punto insospechado.
Gemaldón, la hija de Aldón, ha pedido públicamente que su madre tome acciones legales contra Gloria Camila, mientras que Antonia Dell’Atte lanza un devastador ataque contra María Patiño, acusándola de ser cómplice en el escándalo que terminó con la salida de Alessandro Lequio de la cadena.
La tarde en Telecinco comenzó con la aparición de Gemaldón en el programa de Joaquín Prat, donde volvió a avivar el fuego de esta disputa familiar y mediática.

Tras las respuestas de Gloria Camila, Gemaldón no se contuvo y pidió a su madre que demandara a la hermana de Rocío Jurado.
La razón: Gloria Camila habría hecho declaraciones que, según Gemaldón, son lo suficientemente graves como para merecer una acción judicial.
El motivo central de esta demanda gira en torno a la salud mental de Ana María Aldón.
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Gemaldón sostiene que su madre comenzó un tratamiento médico después de iniciar su relación con José Ortega Cano, contradiciendo las afirmaciones de Gloria Camila, quien asegura que los problemas de Aldón venían de antes.
Este choque de versiones no solo expone una fractura familiar profunda, sino que también abre la puerta a un juicio público sobre la intimidad y la salud de Aldón.

Pero la polémica no termina aquí.
Gemaldón admite haber llamado a Gloria Camila “recogeyuca”, un término que ha generado controversia por su connotación racista.
Aunque intenta justificarse diciendo que no es racista ni xenófoba, sus palabras y actitudes han encendido la mecha en redes sociales y entre los espectadores, quienes critican la permisividad de Telecinco ante estos insultos.
El programa de Joaquín Prat parece estar sumido en un ciclo interminable de respuestas y contraataques.
Se espera que pronto vuelva a intervenir la hermana de Michu, lo que obligará a Gloria Camila a responder nuevamente, prolongando este tira y afloja que ya tiene a la audiencia dividida y agotada.
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Mientras tanto, la atención también se centra en otro frente caliente: el despido de Alessandro Lequio.
Antonia Dell’Atte, quien mantiene una relación tensa con María Patiño, ha arremetido duramente contra la presentadora, acusándola de ser cómplice en el encubrimiento del maltrato que Lequio supuestamente ejerció.
Dell’Atte publicó un mensaje en Instagram donde señala directamente a Patiño, junto a otras figuras como María Teresa Campos y Ana Rosa Quintana, como parte de un grupo que encubrió la verdad sobre Lequio.
Este mensaje ha desatado una ola de críticas y ha puesto a Patiño en el centro de una tormenta mediática que amenaza con dañar su reputación de manera irreversible.
Las imágenes y testimonios que han salido a la luz muestran a Patiño negando conocimiento de las agresiones de Lequio, a pesar de que el propio Lequio se jactaba públicamente de su violencia.

Esta contradicción ha sido usada por Dell’Atte y otros críticos para señalar la hipocresía de algunos colaboradores de Telecinco, quienes durante años mantuvieron silencio o incluso apoyaron a Lequio en sus programas.
El periodista Alberto Meneek también ha criticado duramente esta postura, calificándola de “ejercicio de hipocresía” y “vergonzosa”.
Según Meneek, muchos en Mediaset celebran ahora la salida de Lequio, pero fueron cómplices por su silencio y colaboración durante más de 30 años.
Este entramado de denuncias, silencios y acusaciones refleja un problema mayor dentro de la industria televisiva: la dificultad para enfrentar de manera honesta y responsable casos de violencia y racismo cuando involucran a figuras mediáticas.
En medio de este caos, la audiencia observa con incredulidad cómo en un plató de televisión se permiten insultos racistas y se justifican actitudes que deberían ser condenadas sin paliativos.

La justificación de Gemaldón para sus palabras ofensivas y la falta de una respuesta contundente por parte de los presentadores como Joaquín Prat o Emma García han sido duramente criticadas.
Además, la historia de Ana María Aldón y su tratamiento contra la depresión añade otra capa de complejidad.
Aldón ha confesado que su infancia fue traumática y que su salud mental se vio afectada, lo que la llevó a medicarse.
Sin embargo, las fechas y detalles que ha dado han sido contradictorios, lo que ha dado pie a más confusión y a que su hija utilice esta información para atacar a Gloria Camila.
La tensión familiar y mediática alcanza niveles insospechados cuando se mezclan temas tan delicados como la salud mental, los insultos racistas y las acusaciones de violencia.

En este escenario, nadie parece salir limpio y todos los involucrados están expuestos a la crítica pública.
Por último, cabe destacar que el despido de Lequio podría no estar motivado exclusivamente por la denuncia de Antonia Dell’Atte, sino que también se habla de cambios en la cúpula de Mediaset y de una estrategia para renovar el equipo tras décadas de presencia del colaborador en televisión.
La guerra entre Aldón y Gloria Camila, sumada a la polémica en torno a Lequio y la crítica a Patiño, demuestra que en Telecinco el espectáculo nunca termina y que las traiciones, las alianzas y las venganzas se entrelazan en un drama que parece no tener fin.
Mientras tanto, los espectadores solo pueden esperar y observar cómo se desarrollan los próximos capítulos de este culebrón moderno, donde la verdad y la mentira se confunden y donde las emociones y los intereses personales dominan el guion.
¿Quién saldrá realmente victorioso en esta batalla de egos y resentimientos?
Por ahora, solo queda una cosa clara: en Telecinco, el drama está asegurado y la polémica, servida en bandeja.