La tensión política en España alcanza niveles inéditos ante la posibilidad de un golpe policial y judicial en el entorno más cercano al presidente Pedro Sánchez.
Según fuentes que han salido a la luz en los últimos días, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil estaría ultimando un operativo para llevar a cabo detenciones masivas a finales de agosto.
Este operativo no es casual.
La acumulación de casos de corrupción, presuntos sobornos y maniobras ilegales en el entorno del sanchismo ha obligado a las fuerzas del orden y a los fiscales a multiplicar esfuerzos, trabajando sin descanso para desentrañar una maraña de irregularidades que podría cambiar el panorama político de España.
Una de las piezas clave en esta trama es Leire Díez, conocida como “la fontanera de Ferraz”, señalada por supuestamente haber sobornado a dos fiscales, lo que sería la punta del iceberg de un sistema que, según críticos, no solo está corrupto, sino que funciona como una maquinaria tiránica y dictatorial.
Mientras la UCO se prepara para actuar, la familia real también se ve envuelta en un drama interno que añade más leña al fuego.
La prima del rey Felipe VI ha roto su silencio en una entrevista con el periodista Albert Castillón, lanzando un mensaje explosivo: “Si mi primo no actúa, la institución se caerá a pedazos”.
Esta declaración no es solo un reproche; es una llamada urgente a la acción para “acabar con el sanchismo cueste lo que cueste”.
La prima del monarca denuncia que al rey Juan Carlos no le permiten regresar a España y que al rey Felipe no le dejan actuar con la autoridad que su cargo requiere.
Según ella, la corona está “secuestrada”, igual que los medios de comunicación y, peor aún, el dinero público está siendo robado sin que nadie haga nada para impedirlo.
Este relato de un sistema capturado y manipulado por intereses oscuros refleja la profunda crisis institucional que vive España.
La prima del rey insiste en que la monarquía necesita un gesto fuerte, un “golpe en la mesa” que devuelva la confianza de la ciudadanía y defienda los derechos constitucionales.
Y asegura que la mayoría de los españoles apoyarían tal movimiento.
Sin embargo, también plantea dudas sobre los motivos que frenan al rey Felipe.
¿Teme poner en riesgo la institución y el futuro reinado de su hija?
Ella misma responde que no cree que ese miedo sea justificable, ya que el apoyo popular estaría garantizado si el monarca decidiera actuar.
La entrevista también revela tensiones y secretos que se esconden tras las puertas del Palacio de la Zarzuela.
Se habla de pactos ocultos entre el rey y el presidente del Gobierno, aunque la mayoría no cree en la existencia de acuerdos reales.
Lo que sí parece claro es que la corona está en un momento delicado, con la Constitución siendo pisoteada y la democracia en entredicho.
En paralelo, la UCO continúa con su trabajo incansable, abriendo una brecha en el círculo más íntimo de Pedro Sánchez.
Filtraciones y grabaciones revelan conversaciones inquietantes, en las que personajes cercanos al poder intentan manipular a la policía y evadir investigaciones, incluso recurriendo a favores y contactos para evitar ser molestados por las autoridades.
Uno de los ejemplos más llamativos es el de una mujer de origen brasileño que, según las grabaciones, negocia para que la policía nacional deje de vigilarla, utilizando influencias dentro del Gobierno.
Esta situación pone en evidencia la gravedad de la infiltración y la corrupción que se extiende incluso en las fuerzas del orden.
El panorama que se dibuja es el de un sistema político y judicial al límite, donde las líneas entre el poder, la corrupción y la impunidad se difuminan peligrosamente.
La sociedad española observa con creciente preocupación cómo las instituciones que deberían protegerla parecen estar atrapadas en una red de intereses y silencios.
Además, el contraste entre la pasividad del rey Felipe y la contundencia de su prima añade un elemento dramático que alimenta las especulaciones sobre el futuro de la monarquía.
¿Podrá el monarca dar el paso que muchos esperan?
¿O seguirá siendo un espectador en una crisis que amenaza con derribar todo lo que representa?
En definitiva, la combinación de la inminente ofensiva judicial contra el entorno de Pedro Sánchez y la crisis interna en la Casa Real dibuja un escenario de máxima incertidumbre.
España se encuentra en un momento crucial, donde las decisiones que se tomen en las próximas semanas podrían marcar un antes y un después.
Mientras tanto, la opinión pública se mantiene atenta, dividida entre quienes piden justicia y renovación y quienes temen que estos movimientos solo sean parte de un juego de poder más grande y oscuro.
Lo cierto es que la UCO no parece estar dispuesta a dar tregua y que la prima del rey ha dejado claro que el tiempo de la paciencia ha terminado.
En este tablero de ajedrez político, cada pieza mueve ficha con cautela, pero la partida está lejos de terminar.
Y como se dice en los pasillos de poder: “Cuando la corona se tambalea, todo el reino siente el temblor.”
¿Será agosto el mes que cambie el destino de España?
Solo el tiempo lo dirá.