La llegada de La Familia de la Tele a las tardes de La 1 ha sido cualquier cosa menos silenciosa.
El formato, una especie de renacer de Sálvame ahora en versión pública, se ha estrenado entre desfile, polémica y números de audiencia decepcionantes.
Pero lo que ha encendido realmente la mecha es la reacción del veterano guionista Javier Olivares, que no ha tenido reparo en poner a Televisión Española contra las cuerdas con declaraciones demoledoras.
Desde su cuenta de Twitter, Olivares se ha despachado a gusto.
“¿Cuántas series tienen ahora mismo en desarrollo o preproducción Televisión Española?”, preguntaba con ironía y sarcasmo, aludiendo al abandono flagrante del departamento de ficción de la cadena.
Pero el golpe más duro vino al hablar del estreno de La Familia de la Tele, al que calificó sin tapujos como “un bochorno”.
El enfado del guionista no es casual ni pasajero.
Su serie Ena, que ya ha sido presentada internacionalmente en festivales y emitida en países como Finlandia o Portugal, sigue sin fecha de estreno en España.
“Se va a estrenar en Ganimedes antes que en España”, ironizó Olivares, dejando en evidencia la falta de organización y estrategia de la cadena pública con sus propios productos culturales.
Y como si fuera poco, Olivares cargó directamente contra lo que él percibe como una transformación tóxica de TVE: “Obsesión por la audiencia inmediata, formas de teleprivadas, soberbia”.
Según él, se ha perdido la esencia de una televisión pública seria, comprometida con la cultura, y se ha optado por un modelo de impacto rápido, barato y vulgar.
El caso de La Familia de la Tele es, para Olivares, el síntoma más evidente de este cambio de rumbo.
Un programa que intenta emular el estilo de Sálvame, con un envoltorio renovado y más glamouroso, pero con el mismo contenido sensacionalista de siempre.
Y mientras tanto, las series, los guiones, los proyectos narrativos que podrían enriquecer la televisión pública, son relegados al cajón del olvido.
“Si uno quiere desarrollar series, primero tiene que tener gente que ame la ficción y que sepa cuidarlas”, sentenció el creador.
Y lo dice con experiencia.
Olivares ha sido uno de los grandes impulsores de las ficciones que han dado prestigio a la televisión pública española.
Pero ahora, ante este giro populista, asegura sentirse “muy lejos de la TVE actual”.
En un mensaje especialmente crítico, comparó la nueva estrategia de programación con los ayuntamientos que se gastan todo el presupuesto en “vaquillas y fiestas” y nada en bibliotecas.
“Lo primero son tres días, lo segundo es para toda la vida”, dijo con contundencia, dibujando una metáfora que ha sido ampliamente compartida y celebrada en redes.
Su comparación no fue inocente.
Olivares apuntó directamente al modelo cultural que está imponiendo TVE: sacrificio del contenido de calidad a favor del entretenimiento rápido y rentable.
Para él, la televisión pública no debe imitar a las privadas.
“Debe tener personalidad propia basada en el riesgo, la cultura, como la BBC”, escribió.
Y aunque muchos han aplaudido su postura, otros señalan que Olivares no solo está defendiendo la ficción como concepto, sino también sus intereses personales, ya que Ena sigue sin estrenarse en España.
Pero incluso quienes no están de acuerdo con todos sus argumentos reconocen que hay un debate pendiente sobre el rol que debe jugar una cadena pública financiada con dinero de todos.
La Familia de la Tele nació como una apuesta fuerte para recuperar la audiencia vespertina.
María Patiño, Belén Esteban y compañía fueron presentadas con alfombra roja, despliegue mediático y el sello descarado de La Fábrica de la Tele.
Pero el resultado ha sido, al menos hasta ahora, decepcionante: audiencias bajas, críticas severas y ahora, el varapalo de un peso pesado del sector como Olivares.
Mientras tanto, los espectadores más fieles a la ficción nacional se preguntan cuándo volverán a ver series con el sello de calidad que alguna vez caracterizó a TVE.
Series como Isabel, Cuéntame, El Ministerio del Tiempo o incluso Los Misterios de Laura.
Lo cierto es que muchos temen que la nueva etapa deje definitivamente de lado ese legado.
El mensaje final de Olivares es claro y rotundo: “Para volver a ser lo que fue, se necesita paciencia, tiempo y abandonar el creerse que lo que funciona es lo directamente impactante”.
Un dardo directo a los directivos de la cadena, y también una advertencia: si la televisión pública olvida su misión cultural, pierde su esencia.
Y con declaraciones como estas, no cabe duda de que La Familia de la Tele ha abierto una grieta más profunda de lo que muchos imaginaban.
Una grieta que no solo divide opiniones… sino que pone en juego la propia identidad de RTVE.