Mario Vargas Llosa, a sus 87 años, está ingresado en la clínica Ruber Internacional de Madrid desde el pasado sábado,
tal y como sus tres hijos anunciaron a través de las redes sociales. El Premio Nobel de Literatura, que se ha contagiado de Covid-19 por segunda vez, ya fue trasladado a planta, donde continúa con su recuperación.
En este sentido, las previsiones para Vargas Llosa hasta la fecha son positivas: “Somos optimistas y esperamos que dentro de unos días ya le den el alta y pueda regresar a casa”, aseguró Gonzalo.
Aunque todavía se desconoce la fecha en la que el escritor saldrá del hospital, el hijo del intelectual peruano aclaró que su padre está aislado, pero que pueden estar en un espacio muy cerca de él. “Estamos toda la familia y nos estamos turnando para que siempre esté alguien con él”. Junto a él también está Patricia Llosa, con quien se reconcilió tras su ruptura con Isabel Preysler a finales del año pasado.
Durante estos días, las muestras de cariño hacia el novelista han sido una constante. Sin embargo, todo apunta a que entre los múltiples gestos de preocupación y apoyo no está el de la reina de corazones, que fue su compañera de vida alrededor de ocho años. Así lo aseguró Gonzalo a los micrófonos de Europapress: “Mira, como te decíamos hemos recibido centenares de llamadas y mensajes. Yo no he visto ninguno de la persona que usted menciona, pero sí de muchísima gente. Eso ha sido muy conmovedor para nosotros”, sentenció.
La noticia del ingreso del autor de La fiesta del Chivo llegó tan solo unos días antes de que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se casen. La boda se celebra este sábado 8 de julio en El Rincón y las referencias de los invitados al estado de salud del escritor serán, a buen seguro, inevitables. En su día, la marquesa de Griñón le tuvo un especial cariño al tito Mario, como así le llamaba.