María Rodríguez, más conocida como Michu y expareja de José Fernando Ortega, ha sido encontrada sin vida en su domicilio de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en la noche del lunes 8 de julio, según ha informado en exclusiva la revista Semana. La joven, de tan solo 33 años, era madre de Rocío, la niña de 8 años que tuvo con el hijo de José Ortega Cano.
Las primeras investigaciones apuntan a que su fallecimiento podría estar relacionado con la enfermedad cardíaca congénita que padecía desde hace años y por la que fue intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones.
La noticia ha causado una gran conmoción en el entorno familiar y en el mundo del corazón. José Ortega Cano, abuelo de la pequeña Rocío, viajó hasta Cádiz. El diestro, visiblemente afectado, ha declarado a la salida de su domicilio: “Ha sido una pena, una chica muy joven y, bueno, la vida. La vida”. Por su parte, José Fernando Ortega se encuentra en estado de shock ante el repentino fallecimiento de la madre de su hija, con quien mantuvo una relación sentimental con muchos altibajos desde que se conocieron en 2013 en una discoteca.
El fallecimiento de Michu deja en una situación complicada a la pequeña Rocío, de 8 años, que ahora queda huérfana de madre. La incapacidad legal de José Fernando Ortega lo descartaría como opción para asumir la tutela de la menor.
La relación entre Michu y José Fernando Ortega
En 2017, la pareja dio la bienvenida a su única hija en común, a quien decidieron llamar Rocío en honor a la abuela: Rocío Jurado.
Durante estos años, Michu se convirtió en un personaje conocido en la prensa del corazón, especialmente por su relación con el clan Ortega Cano. A pesar de las dificultades que atravesó la pareja, incluidos los problemas de salud mental de José Fernando que le llevaron a ingresar en varios centros, Michu siempre mantuvo una actitud respetuosa hacia la familia del padre de su hija y trató de mantener una buena relación por el bienestar de la pequeña Rocío.
Las complicaciones de salud de Michu no eran desconocidas. La joven gaditana sufría un problema cardíaco congénito que le obligó a someterse a diversas intervenciones quirúrgicas a lo largo de su vida. Sin embargo, nada hacía presagiar este fatal desenlace a una edad tan temprana, lo que ha multiplicado la conmoción entre quienes la conocían.