Maribel Martín, nacida en Madrid en 1954, fue una de las actrices más queridas y respetadas del cine español.
Con tan solo 7 años debutó en el cine con un papel entrañable en La gran familia (1962), marcando el inicio de una carrera artística prodigiosa.
Su rostro angelical, su naturalidad frente a la cámara y su madurez interpretativa la convirtieron rápidamente en una figura indispensable del cine de los años 60 y 70.
Desde ese momento, su carrera fue una sucesión de éxitos y papeles memorables, tanto en cine como en televisión.
Participó en producciones como El Camino, La residencia (1969) —una de las joyas del cine de terror español— y más tarde en la inolvidable Fortunata y Jacinta, adaptación televisiva de la obra de Benito Pérez Galdós.
A pesar de su imagen de belleza delicada y vulnerable, Maribel Martín construyó una carrera sólida.
Fue capaz de pasar del cine infantil a papeles de gran complejidad dramática, siendo reconocida por su talento, sensibilidad y una capacidad emocional que traspasaba la pantalla.
Trabajó con directores como Narciso Ibáñez Serrador y Mario Camus, siendo parte del renacimiento de un cine español más maduro y comprometido.
Pero tras el éxito, también llegó la sombra. Como tantas otras figuras públicas, Maribel atravesó etapas de profunda introspección y dificultades emocionales.
Fue durante esos años cuando conoció a Julián Mateos, actor y productor, quien no solo se convirtió en su pareja sentimental, sino también en su refugio emocional y compañero de vida.
Un amor verdadero, una maternidad transformadora y una despedida silenciosa
Maribel Martín (1954) – GENTE EN PORTADA
Maribel y Julián formaron una de las parejas más discretas y estables del panorama cinematográfico español. Juntos crearon la productora Ganesh Films, apostando por un cine más autoral y de calidad.
Tras el nacimiento de su hijo, Maribel comenzó a dar señales de una elección personal poco habitual en el mundo del espectáculo: priorizar su vida familiar por encima de su carrera artística.
La muerte de Julián Mateos en 1996, tras una larga enfermedad, fue un punto de inflexión definitivo. A partir de entonces, Maribel Martín desapareció de la vida pública.
Su retiro no fue anunciado, no hubo grandes titulares ni entrevistas de despedida. Simplemente, decidió guardar silencio.
Y en ese silencio, encontró la paz que tanto había buscado.
La actriz que eligió el anonimato: ¿dónde está Maribel Martín?
Desde entonces, poco se ha sabido de ella. Algunas fuentes afirman que vive retirada en el norte de España, lejos del bullicio de los platós y de los focos.
Otros creen que mantiene una vida cultural activa pero completamente alejada de los medios. Maribel Martín no ha concedido entrevistas en décadas, ni ha hecho apariciones públicas.
Su retiro se ha convertido en uno de los enigmas más elegantes del cine español.
Lo cierto es que su historia no es de abandono, sino de elección consciente. La actriz que conquistó al país con su dulzura y su talento prefirió apostar por su salud mental, su intimidad y el bienestar de su familia.
Maribel Martín no fue solo una actriz brillante. Fue una mujer que supo decir “basta” cuando aún tenía todo por delante.
Supo reconocer sus límites, priorizar lo esencial y alejarse de una industria que, muchas veces, exige demasiado sin dar suficiente a cambio.
Hoy, su legado sigue vivo en las películas que marcaron época, en los recuerdos de una generación que creció con ella, y en el respeto de un público que valora tanto su arte como su elección de desaparecer con dignidad.