Las luces del escenario apenas se preparaban para brillar cuando un disparo silenció la vida de Fede Dorcaz, modelo y cantante argentino que había conquistado al público tanto en Buenos Aires como en México.
Días antes de su debut en el programa de Televisa Las estrellas bailan en Hoy,
Dorcaz fue asesinado dentro de una camioneta rentada mientras circulaba por la avenida Periférico, en la zona exclusiva de Miguel Hidalgo, Ciudad de México.
Al principio se habló de un robo, pero los detalles posteriores estremecieron al público: no se llevaron nada. Ni dinero, ni reloj, ni joyas. Entonces la pregunta es inevitable: ¿quién quiso verlo muerto y por qué?

Según el conductor argentino Javier Seriani, el artista habría intentado resistirse a un asalto y eso desencadenó el crimen.
Sin embargo, el periodista policial Carlos Jiménez C4, conocido por sus revelaciones sobre el crimen organizado, ofreció una versión completamente distinta: “Ese hombre fue a matarlo”.
Dorcaz, según los reportes, fue atacado a corta distancia, y el agresor huyó sin robar nada. Este patrón, común en los archivos policiales de México, apunta más a una ejecución planificada que a un simple robo.
Fuentes de la policía capitalina confirmaron que el hecho ocurrió entrada la noche, cuando Dorcaz regresaba de un ensayo.

Vecinos escucharon dos detonaciones y vieron a un sujeto vestido de negro escapar corriendo del lugar. El cantante fue trasladado al hospital más cercano, pero murió minutos después debido a la gravedad de las heridas.
Las cámaras de seguridad del barrio Daniel Garza están siendo analizadas, pero hasta el momento no se ha identificado al agresor.
La tragedia resulta aún más dolorosa por el momento en que ocurrió: justo cuando Dorcaz se preparaba para volver a brillar.
Televisa había confirmado su participación en la nueva temporada de Las estrellas bailan en Hoy, uno de los realities más vistos del país.

Allí compartiría pista con la actriz Mariana Ávila, reconocida por su energía y carisma. Ambos habían iniciado los ensayos y aparecían juntos en videos llenos de entusiasmo y risas.
Cuando la noticia se dio a conocer, el equipo de Hoy quedó devastado.
En la transmisión matutina siguiente, el conductor leyó entre lágrimas un comunicado: “Hoy perdemos a un compañero, a un amigo y a una verdadera estrella. Las estrellas bailan en Hoy tiene ahora una estrella más en el cielo.”
En el estudio reinó un silencio abrumador, tan pesado como el dolor que todos sentían.
En redes sociales, miles de mensajes de despedida inundaron los comentarios. Compañeros, celebridades y fanáticos expresaron su tristeza.

Mariana Ávila, su compañera de baile, escribió una frase breve pero estremecedora: “No alcanzamos a bailar por última vez. Siempre recordaré tu mirada.” Su publicación se volvió viral en cuestión de minutos, convertida en un adiós público y desgarrador.
En Argentina, la noticia ocupó titulares de todos los medios. El Ministerio de Relaciones Exteriores solicitó una investigación conjunta con México y ofreció apoyo para la repatriación del cuerpo.
Televisa, por su parte, decidió guardar silencio y limitó su respuesta a una breve declaración: “Aguardaremos los resultados de la investigación y respetaremos el dolor de la familia.”
Fuentes cercanas al artista revelaron un dato inquietante: Fede habría recibido mensajes amenazantes días antes de morir.
Un amigo suyo, bajo anonimato, declaró que el cantante “estaba nervioso, sentía que alguien lo seguía, y hablaba de mirar constantemente por encima del hombro”.

Aunque no existen pruebas oficiales, este detalle alimenta las sospechas de que su muerte no fue un hecho aislado.
Fede Dorcaz murió a los 30 años, en el punto más alto de su carrera. Su sonrisa luminosa y su voz cálida quedan ahora atrapadas en grabaciones y recuerdos.
El público sigue exigiendo respuestas: ¿quién lo mató? ¿Por qué un artista extranjero terminó siendo víctima de un crimen tan preciso en el corazón de la capital mexicana? ¿Fue celos, venganza o un secreto que nunca debió salir a la luz?
La historia de su muerte no es solo una crónica policial. Es también un recordatorio brutal de lo efímero de la fama: donde un paso en falso, una mirada equivocada o una verdad incómoda pueden borrar a una estrella para siempre. Entre los aplausos y las sombras, Fede Dorcaz se fue, dejando tras de sí un misterio que aún nadie ha logrado descifrar.