En el programa “Conspiranoicos”, Wyoming se sinceró y relató la campaña de difamación que sufrió hace años, especialmente por parte de figuras como Miguel Ángel Rodríguez y Germán Terge.
Este episodio no solo afectó su carrera, sino también su vida personal y familiar, dejando heridas difíciles de sanar.
Wyoming explicó que en aquellos tiempos se difundieron rumores falsos y dañinos que le acusaban de ser un camello de cocaína.
Una acusación grave y sin fundamento que llegó a oídos de sus hijos y compañeros de colegio, generando un ambiente hostil y doloroso.
A pesar de haber probado drogas recreativas en su juventud, Wyoming aclaró que nunca fue adicto ni traficante.
De hecho, trabajó en un centro de desintoxicación apoyando a amigos, demostrando su compromiso con la verdad y la ayuda social.
Sin embargo, la maquinaria mediática y política no se detuvo, y en televisión se le llegó a presentar como “el dealer oficial” de la cocaína.
Ante esta situación, un abogado amigo le aconsejó no responder públicamente, ya que cualquier defensa solo habría empeorado su imagen.
Esta estrategia de silencio fue dolorosa, pero necesaria para evitar que los bulos se enquistaran aún más en la opinión pública.
Wyoming confesó que esta difamación aún le duele, especialmente por la impunidad con la que se propagaron estas mentiras.
Pero su relato no se limita a su experiencia personal.
El Gran Wyoming aprovechó para hacer una crítica profunda sobre la política y los medios de comunicación en España.
Denunció la constante emisión de bulos y mentiras por parte de sectores de la derecha, mientras que la izquierda, según él, no recurre a esas tácticas.
También criticó la deriva agresiva del Partido Popular, centrado más en atacar y desacreditar que en ofrecer soluciones reales.
Especialmente señaló a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, por sus insultos y falta de respeto hacia las instituciones.
Wyoming destacó cómo este tipo de conductas generan un clima de confrontación y violencia verbal que se traslada a la sociedad.
Además, hizo una reflexión sobre la justicia en España, diferenciando entre la institución y los jueces que la componen.
Señaló la politización del sistema judicial, con una mayoría de jueces conservadores y ultraconservadores que influyen en las decisiones.
Por ello, valoró las reformas del gobierno para democratizar el acceso a la judicatura y evitar la endogamia.
Asimismo, recordó episodios históricos de la transición española, cuestionando la versión oficial de un proceso pacífico y consensuado.
Habló de la violencia política de la época y de cómo ciertos sectores mantuvieron su poder a pesar del cambio de régimen.
Wyoming también reflexionó sobre la persistencia de “dos Españas”, con divisiones profundas que aún marcan la sociedad actual.
Con su estilo directo y sincero, dejó claro que la memoria histórica es clave para comprender el presente y evitar repetir errores.
Finalmente, el Gran Wyoming reafirmó su compromiso con la verdad y la libertad de expresión, invitando a la reflexión y al combate contra la desinformación.
Este testimonio no solo muestra su fortaleza personal, sino también la complejidad y los retos del panorama político y mediático español.
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La verdad merece ser escuchada, defendida y difundida.