La noticia ha sacudido los corazones de los seguidores de Kiko Hernández y Fran Antón: se ha confirmado el peor de los presagios.

La pareja está atravesando un momento de profundo dolor tras el fallecimiento de Espi, el querido abuelo de Kiko. La pérdida de un ser querido siempre es un trance difícil, pero en este caso, el vínculo que unía al colaborador con su abuelo hace que este adiós sea especialmente doloroso.

Kiko Hernández ha compartido la triste noticia de la pérdida de su abuelo Espi en la madrugada de este domingo, 6 de abril.

Una despedida muy difícil para el que ha sido una de las personas más importantes de su vida, hasta el punto de que muchos lo describían como su auténtica debilidad.

El legado de Espi: el abuelo de Kiko Hernández

Espi, nacido en 1930, fue mucho más que un abuelo para Kiko Hernández. Fue su confidente, su compañero de aventuras y una figura luminosa en los momentos más difíciles. Así lo demostraba el propio Kiko hace apenas unos meses, cuando le dedicó unas emotivas palabras en su cumpleaños:

“Mi mejor regalo es tenerte conmigo. Nació en 1930 y es mi abuelo, mi compañero de batallas, mi confidente y mi amigo. Gracias, Espi, por tantos años de amistad y por dejar que te cuide y te quiera tanto”, escribió entonces.

Palabras que hoy resuenan con más fuerza que nunca. Espi no era una figura más dentro del núcleo familiar, sino una presencia constante, fuerte, optimista, siempre dispuesto a compartir risas, viajes y emociones intensas.

La partida de Espi deja un vacío irremplazable en la vida de Kiko Hernández y su familia. Sin embargo, el legado de amor, fortaleza y optimismo que transmitió a lo largo de sus años perdurará en el recuerdo de todos. La profunda conexión que unía a Kiko con su abuelo era evidente para todos, y el cariño que se profesaban mutuamente fue un ejemplo de amor familiar incondicional.

Según allegados a la familia, Espi siempre fue un pilar fundamental en la vida de Kiko, brindándole apoyo incondicional en los momentos difíciles y compartiendo con él innumerables momentos de alegría. Su presencia en la boda de Kiko y Fran Antón fue una muestra del amor que sentía por su nieto y su deseo de acompañarlo en su día más importante.

El conmovedor mensaje de Kiko Hernández tras la pérdida de su abuelo

Hoy, Kiko Hernández ha querido rendirle homenaje a través de una carta pública compartida en sus redes sociales. Un texto donde no esconde el desgarro por su ausencia y que comienza con una frase que atraviesa el alma. “Abuelo, aunque este mensaje no lo leerás nunca… o sí, que  sepas que has sido el mejor amigo que tuve jamás”, empezó escribiendo.

“Mis hijas han sido tus nietas por derecho y por todo el amor recibido, ya que tanto las has amado. Te querré toda mi vida. Nunca conocí a una persona tan fuerte y tan optimista como tú…”, siguió.

Espi no solo fue testigo de los cambios más importantes en la vida de su nieto, sino también un actor principal en ellos. “Me has acompañado, hemos viajado, hemos sufrido, pero sobre todo nos hemos reído lo más grande de este mundo”, añadió.

La carta, cargada de emociones, termina con una despedida que recoge el tono íntimo, espiritual y humano que siempre caracterizó su relación. “Ahora tú estás en el cielo y tu familia mirará las estrellas para verte de nuevo. Te querré siempre. Tu amigo, hasta pronto”, concluyó.

El apoyo de sus compañeros tras este duro golpe

Las redes sociales se llenaron rápidamente de mensajes de apoyo tras el anuncio. Algunos de los más cercanos al colaborador no tardaron en manifestar su afecto de forma pública. Belén Esteban, una de sus grandes amigas, respondía con un contundente “te quiero”.

Por su parte, Lara Dibildos quiso enviarle un mensaje lleno de luz: “Un beso y mucha luz para tu abuelo en su viaje”. También se sumaron al duelo personalidades como Sandra Bruman, Javi de Hoyos y Silvia Fominaya.

Este respaldo mediático evidencia la huella que Espi dejó, no solo en la vida de su nieto, sino en todos aquellos que alguna vez compartieron junto a él. Y es que su presencia, aunque discreta, siempre irradiaba bondad y alegría.