Según varios testimonios y el atestado policial, la noche arrancó con una petición inocente: obtener un ticket en la máquina para poder ser atendido.
Pero ese ticket se tornó en cerilla: Cayetano se alteró, se le acusa de ser desafiante y agresivo, incluso llegó a encararse con agentes cuando estos llegaron al restaurante. El vídeo de seguridad es clave, pero el torero ya estaba en el calabozo, acusado de desobediencia y resistencia a la autoridad
Él mismo negó haber agredido a ningún agente, a la vez que expresó su respeto por las fuerzas policiales y pidió prudencia a los medios.
Anunció también que cancelaba su próxima aparición pública en Burgos
Fran Rivera: el hermano en estado de «shock»
La noticia cayó como un mazazo en la familia. Fue Fran Rivera quien recibió la llamada en pleno programa “TardeAR”, sin imaginar que la persona al otro lado del teléfono era un periodista con la peor noticia. Sus primeras palabras fueron un silencio profundo, interrumpido por un: «me has dejado en shock»
Esa reacción humana, inmediata, fue una ventana hacia el dolor de alguien que ni podía ni quería creer que su hermano estuviera en manos de la policía en un episodio así.
Eva González: una contención prudente
Mientras tantoEva González, exmujer y madre del hijo de Cayetano, optó por la mesura. Reapareció ante las cámaras con una gran sonrisa, y con frases cortas y claras: «No tengo nada que decir… no tengo ninguna opinión. Yo me dedico a trabajar y a cuidar de mi hijo»
Su silencio fue interpretado por algunos como desapego, pero pronto ella misma aclaró: “Es el papá de mi hijo y, claro que lo apoyo”. Añadió que le molestaba que se dijeran mentiras sobre ella, y desmintió rumores sobre haber estado en el hospital a causa del estrés: solo había acudido por un cansancio físico, y únicamente para ponerse vitaminas
Las piezas de la crónica
Un montaje emocional complejo
Imagina esa noche: Cayetano confuso en medio del caos en la comisaría, Fran recibiendo la noticia sin poder moverse, Eva replegada en su vida cotidiana pero con el corazón en vilo. Luego la cobertura mediática, la presión del enfoque sensacionalista… un mosaico de emociones humanas reales, colocadas frente a un tumulto público.
Mientras tanto, Cáquean… perdón, reflexionando con frialdad pero firme, negaba cualquier acto violento: su versión era clara, directa. Eva, en cambio, prefirió mantenerse fuera del fuego, pero no del lado del hijo de su hijo.
¿Qué refleja todo esto?
El peso del apellido: la detención no solo afectó a Cayetano, sino a una familia que ve su historia expuesta sin filtros.
El contraste emocional: dos personas queridas, dos formas de elegancia en la dificultad. Fran parecía desbordado. Eva contenida pero emocionalmente cercana.El silencio como palabra: no decir, en ciertos contextos, puede ser un posicionamiento tan fuerte como hablar.
Epílogo narrativo
La última vez que vieron a Cayetano, estaba al otro lado de las rejas. Su hermano recibió el mensaje y se quedó mudo frente al teléfono, con el corazón encogido. Eva, probablemente esa mañana, temió por su imagen, por su hijo, por él. Y saltó de su rutina, de las risas en el plató, para transformar su silencio en una declaración de apoyo encubierto.
El telón mediático se cierra por ahora, pero la herida permanece abierta. La pregunta que late es: ¿será solo un capítulo o está por reescribirse una página más dolorosa?