Camilo Blanes, conocido popularmente como Camilin, es el hijo del icónico cantante español Camilo Sesto, una figura legendaria de la música latina. Desde pequeño, Camilin fue considerado por su padre como su heredero no solo en términos de su legado artístico, sino también en cuanto a la herencia familiar y económica.
Sin embargo, a pesar de las expectativas que recaían sobre él, la vida de Camilin ha estado marcada por una serie de altibajos que han incluido tanto su lucha por encontrar su identidad personal como las dificultades emocionales derivadas de la fama y las tragedias familiares.
Camilin parecía estar destinado a seguir los pasos de su padre en el mundo de la música. Desde joven mostró un notable interés por la música y, en algunas ocasiones, cantó junto a su padre en conciertos. En 2013, dio su primer paso como solista lanzando su disco debut Es lo que siento. Sin embargo, su carrera no prosperó como se esperaba.
La presión de ser el hijo de un artista tan reconocido parecía ser demasiado, y su vida tomó un giro inesperado. A pesar de haber crecido rodeado de lujo y comodidad gracias al éxito de su padre, la falta de un camino claro y el dolor de la pérdida de su padre en 2019 llevaron a Camilin por un sendero de desorientación y problemas personales.
Uno de los cambios más sorprendentes en la vida de Camilin ocurrió en 2023, cuando decidió cambiar su nombre a Shila. Además, compartió imágenes en redes sociales en las que se mostraba con un look que incluía pelo largo y ropa femenina. Este cambio no fue solo estético; las fotos transmitían una sensación de incomodidad y tristeza, lo que generó una gran preocupación entre sus seguidores y la opinión pública. Inmediatamente, comenzaron las especulaciones sobre su estado de salud mental y emocional. Se rumoró que Camilin estaba involucrado en el consumo de drogas y que, incluso, estaba tomando hormonas adquiridas en el mercado negro para una posible transición de género. Sin embargo, Camilin desmintió estas especulaciones en una entrevista, aclarando que no estaba buscando una transición de género, sino que simplemente estaba explorando su lado femenino.
No obstante, las preocupaciones de su madre, Lourdes Ornelas, no tardaron en intensificarse. Lourdes ha sido una figura central en la vida de Camilin, y su relación con él ha estado llena de altibajos. Durante los primeros años de vida de Camilin, él vivió en España con su padre, mientras que su madre permaneció en México. Tras la ruptura de la relación de sus padres, Lourdes luchó por la custodia de su hijo, pero finalmente el tribunal otorgó la patria potestad a Camilo Sesto, ya que se consideraba que él tenía más recursos para darle a Camilin una vida mejor. Esta separación afectó profundamente a Camilin, quien no estuvo cerca de su madre hasta que alcanzó la mayoría de edad.
A lo largo de los años, Lourdes ha intentado estar presente en la vida de su hijo, mudándose a España para intentar ayudarlo, sobre todo tras la muerte de Camilo Sesto. La madre de Camilin ha manifestado públicamente su preocupación por la salud de su hijo, especialmente en lo que respecta a su presunto consumo de drogas y su entorno de “malas compañías”. De hecho, se han filtrado videos en los que parece que Camilin está teniendo altercados con su madre, lo que ha aumentado la tensión entre ellos.
Testimonios de personas cercanas a Camilin, como la actriz Cristina Rapado, exnovia de Camilo Blanes, han revelado que el consumo de drogas de Camilin no es algo nuevo. Según Cristina, él ya había comenzado a experimentar con estas sustancias desde mucho antes, incluso cuando estaban juntos en 2008. En ese entonces, también mencionó que él mostraba interés por vestirse de mujer, lo que sugería que su exploración de su identidad de género era algo que había comenzado mucho antes de su cambio público en 2023.
Los videos e imágenes que han circulado en los medios, mostrando a Camilin con una apariencia deteriorada y comportamientos erráticos, han sido motivo de gran preocupación. Muchos se preguntan si este es un simple momento de “búsqueda personal” o si está cruzando la línea hacia la autodestrucción. En medio de todo esto, surge una pregunta que parece relevante: ¿Dónde termina la libertad personal y dónde comienza la responsabilidad de quienes lo aman y preocupan por él? ¿Hasta qué punto es correcto intervenir en la vida de una persona, aunque sea por su propio bien?
A pesar de las críticas y la incertidumbre, Camilin sigue siendo una figura que, en su búsqueda de sí mismo, plantea interrogantes sobre cómo el legado de su padre, las expectativas familiares y las presiones sociales pueden influir en su identidad personal. Mientras tanto, Lourdes Ornelas continúa luchando por ayudar a su hijo, aunque la situación parece estar más allá de su control, dada la autonomía legal que existe en España respecto a las decisiones de los adultos.
La vida de Camilo Blanes es un reflejo de las complejidades emocionales y psicológicas que muchas veces acompañan a aquellos que crecen bajo el peso de un legado tan grande como el de su padre. En su camino de autodescubrimiento, Camilin se enfrenta no solo a las expectativas del mundo exterior, sino también a los desafíos internos que lo han llevado a explorar nuevas facetas de su identidad. Sin importar los altibajos de su vida, lo cierto es que su historia está lejos de ser un cuento cerrado, y el futuro de Shila (o Camilin) aún tiene muchas páginas por escribir.