Aunque algunos no lo recuerden, hubo un tiempo en el que Angelina Jolie estuvo casada con otro hombre que no era Brad Pitt. De hecho, lo estuvo con dos: primero con Jonny Lee Miller, su marido de 1996 a 1999; y después con Billy Bob Thornton, con el que también pasó tres años de matrimonio (del 2000 al 2003) y que fue el artífice de la época más oscura y gótica de Angelina.
Una que ríase usted de la Maléfica de Disney. ¿O acaso hay algo más siniestro que llevar al cuello a modo de collar una medalla manchada con la sangre de tu pareja como ellos hacían por aquel entonces? Y ojo que no se trataba de ser unos excéntricos con look vampírico, que también, sino de un gesto de amor que ambos hicieron de mutuo acuerdo.
“Angie llegó un día a casa con un par de esos kits que sirven para hacerte un collar con la foto de tu abuelita”, explicó el actor hace unos años en una entrevista preguntado por el tema. “Llevábamos mucho tiempo separados porque ella había estado rodando en Camboya Tomb Raider y pensaba que sería muy romántico que nos hiciéramos con una cuchilla de afeitar un pequeño corte en un dedo, untáramos con sangre los medallones y nos los pusiéramos”.
A pesar de todo (no vamos a juzgar, cada pareja tiene sus reglas y eso hay que respetarlo) el matrimonio no duró y acabó separándose. Pero no porque Brad Pitt llegara a la vida de Angelina, algo que ocurrió mucho después, sino por una razón de peso que Bob Thornton acaba de desvelar por primera vez en una conversación con la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, la misma que vota y concede los Globos de Oro.
“Aquellos fueron unos años maravillosos”, explica cuando habla de su breve pero intenso matrimonio con la actriz. “Angie todavía es mi amiga, además de una gran persona y una gran profesional. Ella hace las películas que son importantes para ella y le da igual si son éxitos o fracasos, mientras crea en el proyecta ella está ahí, y eso es algo que siempre respetaré”, afirma.
“Recuerdo los años que pasamos juntos como algo muy bueno. El problema es que teníamos estilos de vida muy diferentes. El suyo era más global y el mío más agorafóbico. Así que esa es realmente la única razón por la que probablemente ya no sigamos juntos”.