Anita Williams ha tenido una historia de lo más tormentosa. Conocimos a la catalana en La isla de las tentaciones, siendo infiel a su entonces novio, José Carlos Montoya, con Manuel González. Una infidelidad que se hizo viral colocándola como la gran villana de la trama.
Pero este no ha sido el peor momento de la catalana. Anita ha querido abrir su corazón y su historia dando detalles de todo lo que ha pasado en su vida: desde su paso por la cárcel hasta su paso por dos relaciones tóxicas y un hospital psiquiátrico.
La finalista de Supervivientes 2025 se ha abierto en canal contando todos los detalles de su vida y su historia que ayudan a entenderla mejor, hablando abiertamente de todo lo que ha sufrido en estos años. Sobre todo en sus relaciones de pareja.
Una experiencia que ha contado porque: “De todo se sale y el pasado, que os sirva de lección, porque no es una sentencia de por vida”.
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Anita ha destacado que siempre ha sido una persona que se perdía en las relaciones, dando todo para la otra persona y olvidándose de ella. Esto le llevó a sufrir relaciones de malos tratos. En la primera relación, que duró más de un año, fue un maltrato físico de la que no recuerda la primera agresión pero sí la peor: “Me partió la nariz al decirle que iba a ir a casa de un amigo a buscar una sudadera que me había dejado. Me pegó un puñetazo, me rompió la nariz y lo único que recuerdo es que estaba en el suelo y sentía una presión en la cabeza… Luego me puse de pie y vi lo que pasaba. A día de hoy no me la he arreglado porque me da muchísimo miedo que me vuelva a doler”.
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Su familia la salvó de su primera relación tóxica
Durante año y medio, Anita Williams vivió esta dura relación en la que los golpes eran “recurrentes” hasta que un día, su madre la salvó. A pesar de que ella no contaba nada a sus familiares y convivía con su pareja, una fuerte bronca hizo que su madre fuera testigo de lo ocurrido y la ayudar a salir de aquel infierno.
“Estaba viviendo con mi pareja, hubo chillidos en mi casa y me empezó a amenazar muy fuerte. Me fui de casa sin decir nada a nadie porque no quería preocupar, pero fue él quien llamó a mi madre. Mi madre vino a mi casa y me dijo ‘coge todas tus cosas que nos vamos’. Mejor que eso, no podría haber hecho nada. Fue lo que mejor me vino”, ha relatado.
El duro ingreso en un psiquiátrico
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Con 24 años, Anita comenzó otra relación en la que sufrió un maltrato psicológico, algo que “fue mucho peor porque dejas de quererte de golpe”. “Me costó muchísimo más salir del maltrato psicológico que del físico”, ha revelado. “De esa relación infernal, empiezo a drogarme porque quería desaparecer”, ha añadido.
Fruto de este consumo, sufrió ataques psicóticos que su madre detectó, algo que la llevó a ingresarla en un centro psiquiátrico. “Se da cuenta porque quedamos un día y le cuento cosas que no tiene sentido”, explicaba la catalana. Allí estuvo ingresada durante un mes en el que se sintió peor que en la cárcel: “ves personas que no tiene los pies en la tierra y te identificas con muchas de ellas”.
Durante su estancia en el psiquiátrico, Anita consiguió dejar las drogas pero recibió un duro golpe: “mi abuela se puso mala de un día para otro, y falleció y no pude despedirme”. “Era la consentida, la favorita. Hoy se hubiera recorrido los platós porque creía mucho en mi”, revelaba entre lágrimas.