A sus 84 años, Ringo Starr ha decidido hablar con una franqueza poco habitual sobre uno de los temas más debatidos en la historia del rock: el papel de Yoko Ono en la separación de The Beatles.
Durante años, millones de fans señalaron a Yoko como la culpable directa de la ruptura del cuarteto de Liverpool,
pero Ringo, testigo directo de esa etapa, ha ofrecido una versión distinta, más matizada y profundamente humana.
En una reciente entrevista, el exbaterista recordó con claridad los primeros días en los que Yoko empezó a asistir a las sesiones de grabación en los estudios Abbey Road.
“Entré al estudio y ella estaba ahí, en una cama. Nunca habíamos visto algo así. Nuestras esposas jamás venían a las grabaciones, y mucho menos se quedaban”, confesó Starr con una mezcla de asombro y humor.
Sin embargo, en lugar de generar resentimiento, esa presencia despertó en él una curiosidad que lo llevó a hablar con John Lennon directamente.
Según Ringo, John le explicó que su conexión con Yoko iba más allá de lo romántico: “Cuando tú llegas a casa, Maureen te pregunta cómo fue tu día y le dices ‘grabamos unas canciones’.
Pero Yoko y yo queremos compartir absolutamente todo. Ella quiere saber exactamente lo que estoy haciendo y yo quiero saber lo que hace ella. Eso es lo que necesitamos.”
Esa confesión cambió por completo la percepción de Ringo.
En lugar de ver a Yoko como una intrusa, empezó a verla como parte del mundo de John, como alguien indispensable en su proceso creativo y emocional.
“No me sentí incómodo con ella. Jamás.
Y toqué con ellos en el primer álbum que hicieron juntos, el Plastic Ono Band”, afirmó con convicción.
Para Ringo, la pareja representaba un nuevo tipo de amor y colaboración artística que él respetaba profundamente, aunque era muy distinto a lo que los otros Beatles estaban acostumbrados.
Además, Starr insistió en que no se puede culpar a una sola persona por la ruptura de una banda tan grande.
“Éramos cuatro personas diferentes, con vidas distintas, intereses cambiantes y caminos que inevitablemente se iban separando”, explicó.
Sus palabras confirman que, lejos de los mitos y chismes, el final de The Beatles fue el resultado de una evolución natural, no de un único desencadenante.
Con esta revelación, Ringo Starr no solo limpia el nombre de Yoko Ono, sino que también invita a los fans a mirar la historia con más empatía y menos prejuicios.
Y a sus 84 años, demuestra que la verdad, aunque tarde, siempre llega.
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