En un testimonio sin filtros, Luca Onestini, uno de los rostros más reconocidos de los realities europeos y latinoamericanos, ha decidido destapar todo lo que hasta ahora había permanecido tras bambalinas. Lo hace con la frialdad y la honestidad que lo caracterizan, dejando claro que no está aquí para complacer a nadie.
Desde su participación en La Casa de los Famosos hasta su historial en Gran Hermano VIP en Italia y España, Onestini ha sido un jugador nato dentro y fuera de las cámaras. Pero esta vez no habla de estrategia, sino de una historia personal que comenzó con intensidad, acabó con desilusión y dejó un episodio tan impactante como inesperado: un desmayo después de un encuentro íntimo, cuyo protagonista o protagonista mantiene en reserva… por ahora.
La relación con Alesca empezó como un choque de mundos y acabó como un choque de realidades. “Me vale madre”, responde cuando le preguntan si volvería con ella, un comentario que deja a muchos boquiabiertos por su crudeza. Sin rencor, pero sin ganas de regresar, Luca asegura que lo vivido fue real para él, aunque no todo fue como lo pintaron en televisión.
La vida del exfutbolista frustrado —que a los 18 años vio su sueño de jugar profesionalmente derrumbarse por una lesión de cadera— ha sido un constante ejercicio de reinvención: de jugador a odontólogo, de odontólogo a modelo, de modelo a presentador, y de ahí a concursante en múltiples realities internacionales. Una trayectoria marcada por riesgos calculados, frases lapidarias y una filosofía clara: “Si me dicen que no puedo, lo intento dos veces más.”
En cuanto a Alesca, su capítulo está cerrado. “No soy el malo de la película”, afirma. “Cada quien tiene su verdad y la mía está clara. No me arrepiento de nada, pero lo que sigue para mí es mucho más importante que todo lo que ya pasó.” Su enfoque ahora está en su carrera, sus inversiones inmobiliarias y en vivir sin pedir explicaciones.
Con 32 años, Luca Onestini ha aprendido que la exposición pública tiene un precio, que la gente hablará sin conocer toda la historia, y que el verdadero éxito está en saber cuándo lanzarse… y cuándo soltar. Lo demás, que lo cuenten otros.