La gala de los Premios Princesa de Asturias, celebrada el pasado 24 de octubre, no solo fue un evento de reconocimiento cultural y social, sino también un escenario donde la moda y la imagen pública de la familia real española se convirtieron en el centro de un verdadero huracán mediático.
La reina Letizia Ortiz, siempre bajo el escrutinio público, apareció con un vestido que algunos calificaron de “espectacular” y “contemporáneo”, destacando el juego de gasas y el cuello alto que le aportaban sofisticación y movimiento.
Sin embargo, este aplauso a su estilo contrasta con las duras críticas recibidas por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, cuyos atuendos fueron calificados como “desastrosos” y “fuera de lugar” para un evento de tal magnitud y solemnidad.
Pilar Eyre, reconocida periodista experta en la Casa Real, fue contundente al señalar la necesidad urgente de que alguien joven asesore a las adolescentes en cuestiones de estilo, ya que, según ella, las elecciones actuales parecen más propias de personas mucho mayores o incluso “de una señora de 85 años”.

Esta crítica no solo apunta a la falta de modernidad, sino también a un posible desprecio o descuido hacia la imagen de las jóvenes royals.
El vestido de la princesa Leonor fue particularmente cuestionado por su brocado pesado y un diseño que, según los críticos, le hacía parecer más corpulenta y mayor.
Además, el peinado y los zapatos fueron objeto de mofa, describiéndolos como “inadecuados” y “anticuados”, lo que generó comentarios en redes sociales que sugieren que la asesora de imagen detrás de estos looks podría tener una agenda oculta, incluso especulando con que podría ser republicana y buscar “humillar” a las niñas.
Por otro lado, la infanta Sofía fue criticada por llevar unas merceditas que parecían totalmente fuera de lugar para un vestido largo, dando la impresión de que se le intentaba minimizar o hacer menos visible en comparación con su hermana.
Esta situación alimenta teorías sobre una posible intención de que Leonor siempre destaque más que Sofía, incluso a costa de la estética y la coherencia visual.

En contraste, la reina emérita Sofía fue ovacionada por su elegancia y presencia, recibiendo aplausos y muestras de cariño del público, algo que no ha sido tan frecuente para Letizia y sus hijas en estos eventos.
Las imágenes de la reina Sofía siendo acompañada y protegida durante la ceremonia evidencian un respeto y cariño que parece faltar en la relación de la actual reina con su suegra, donde se han documentado episodios de distancia y frialdad.
El estilista Juan Avellaneda, invitado a comentar los looks, intentó ofrecer una valoración profesional y equilibrada.
Reconoció que la reina Letizia estaba muy bien vestida, aunque con un toque “dark” que es habitual en sus elecciones.
Sobre las jóvenes, admitió que los vestidos tenían detalles que favorecían ciertas siluetas, pero que en conjunto daban una imagen “más adulta” y “anticuada”, especialmente en el caso de Sofía, quien parecía “40 años mayor” debido al diseño y la capa larga de gasa.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4f3%2F456%2F23c%2F4f345623c019158c0a84fc1d630de96c.jpg)
Este contraste entre la elegancia madura de la reina emérita y la confusión estilística de las jóvenes royals ha generado un debate intenso en redes sociales y medios, donde se cuestiona no solo el gusto, sino la estrategia de imagen de la Casa Real.
Algunos sugieren que Letizia podría estar dando indicaciones para que sus hijas no la opaquen, mientras otros lamentan que no se aproveche el potencial estético y carismático de Leonor y Sofía para proyectar una imagen fresca y moderna de la monarquía española.
Las críticas no se limitan a la moda, sino que reflejan tensiones internas y luchas de poder dentro de la familia real.
La diferencia en el trato y la visibilidad entre la reina emérita y la actual reina, así como la percepción de abandono o descuido hacia las jóvenes, alimentan las especulaciones sobre un drama familiar que se manifiesta también en la alfombra roja.

En definitiva, la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias ha dejado claro que, en la monarquía española, la moda no es solo una cuestión estética, sino un campo de batalla donde se juegan imagen, reputación y prestigio.
Mientras Letizia brilla con un estilo calculado y sofisticado, Leonor y Sofía parecen atrapadas en un limbo estilístico que ni las hace justicia ni respeta su juventud.
¿Será que alguien en Zarzuela tiene un sentido del humor muy retorcido con la ropa de las princesas?
Porque vestirlas así no es solo un error de moda, es un drama visual que merece un guion propio.