El verano de 2025 está dejando un rastro de escándalos y controversias en el mundo del corazón, pero ninguno tan impactante como el que protagoniza Anabel Pantoja.
En una serie de imágenes difundidas en redes sociales, la influencer y colaboradora televisiva aparece con su hija en brazos, rodeada de varias botellas y latas de cerveza con alcohol, una escena que ha levantado ampollas y ha encendido las alarmas en la opinión pública y en la Justicia española.
La polémica no es menor, pues Anabel Pantoja se encuentra actualmente bajo investigación penal en un proceso judicial
que ha captado la atención mediática y que pone en juego no solo su imagen pública sino también la seguridad y bienestar de su hija.
La jueza de San Bartolomé de Tirajana, encargada del caso, aún no ha tomado una decisión definitiva, aunque se espera que en los primeros días de septiembre haya novedades.
Lo que más ha generado indignación es la aparente inconsciencia de la influencer al compartir imágenes en las que se la ve brindando con cerveza alcohólica mientras sostiene a su pequeña en brazos.
La marca de la cerveza, Tropical, es confirmada como bebida con alcohol, desmintiendo las habituales excusas de “cerveza sin alcohol” que suelen aparecer en casos similares.
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Este gesto, más allá de ser un simple acto social, ha sido interpretado por muchos como un desafío a la justicia y una falta de responsabilidad grave, especialmente en el contexto del proceso judicial que enfrenta Anabel.
Usuarios y expertos en protección infantil han expresado su preocupación por el riesgo que supone exponer a una menor a un ambiente donde el consumo de alcohol es evidente y público.
Además, la situación se complica porque Anabel Pantoja había denunciado previamente a varios medios de comunicación por presunta revelación de secretos, incluyendo a algunos que la habían defendido inicialmente cuando se conocieron problemas familiares y personales relacionados con su pareja y la salud de su hija.
Sin embargo, el actual comportamiento ha cambiado la percepción pública y ha generado una ola de críticas implacables.
En redes sociales y medios especializados, la reacción no se ha hecho esperar.
Muchos usuarios consideran que esta actitud es una provocación directa, un “pulso torpe” a la justicia, que podría tener consecuencias legales y sociales muy serias.
La imagen de Anabel brindando con alcohol mientras su hija está en brazos ha sido calificada como irresponsable y peligrosa, poniendo en riesgo la integridad de la menor y dañando la reputación de la familia.
La polémica también alcanza a figuras cercanas, como Belén Esteban, quien ha sido mencionada en el contexto de esta crisis mediática, aunque no directamente implicada en el incidente.
La tensión entre ambas ha sido tema recurrente en el pasado, y este nuevo episodio parece reavivar viejas disputas y desencuentros.
Desde el punto de vista legal, la Justicia ha mostrado su determinación para investigar y actuar con rigor.
Aunque la lentitud de los procesos judiciales es conocida, en este caso la presión mediática y social podría acelerar las decisiones para proteger los derechos y el bienestar de la menor involucrada.
Expertos en derecho y protección infantil señalan que, aunque el consumo de alcohol entre adultos no está prohibido, la exposición directa de un menor en ese contexto puede ser motivo suficiente para intervenir y tomar medidas cautelares.
La imagen pública y el impacto social también juegan un papel importante en la valoración de este tipo de casos.
Por su parte, Anabel Pantoja no ha emitido declaraciones públicas que expliquen o justifiquen las imágenes, lo que ha contribuido a alimentar la polémica y la especulación.
Su silencio, sumado al hecho de compartir estas escenas en redes sociales, ha sido interpretado por muchos como una falta de consideración hacia la gravedad de la situación.
Este escándalo llega en un momento delicado para la influencer, que además de lidiar con problemas legales, enfrenta la presión constante de los medios y la opinión pública.
La combinación de vida personal expuesta y procesos judiciales crea un cóctel explosivo que podría afectar su carrera y su entorno familiar.
En definitiva, la imagen de Anabel Pantoja con su hija en brazos rodeada de litros de alcohol no es solo un episodio más del mundo del corazón, sino un asunto serio que ha puesto en alerta a la Justicia y que podría tener repercusiones duraderas.
¿Estamos ante un acto temerario y negligente o simplemente un error de juicio en un momento complicado?
La respuesta está en manos de los tribunales, pero la opinión pública ya ha hablado fuerte y claro.
Mientras tanto, la familia Pantoja y sus allegados deberán enfrentar las consecuencias, tanto legales como sociales, de este escándalo que ha puesto en jaque la imagen de una de las figuras más conocidas del entretenimiento español.
Lo que parecía un simple brindis de verano se ha convertido en un caso emblemático sobre los límites de la responsabilidad, la privacidad y el impacto de las redes sociales en la vida privada de los personajes públicos.
La Justicia actúa, las redes arden y la pequeña, en medio de todo, es el centro de una polémica que nadie esperaba y que podría marcar un antes y un después en la vida de Anabel Pantoja.
Porque en la era digital, cada imagen tiene un precio, y este escándalo demuestra que nadie está exento de pagar las consecuencias.