Marco Antonio Solís, el consagrado cantautor mexicano con más de cuatro décadas de trayectoria, es conocido por su voz inconfundible, sus letras románticas y su carácter sereno. Durante años, ha mantenido una imagen impecable, alejada de polémicas, dejando que su música hable por él. Sin embargo, en una reciente conversación con un periodista de confianza, sorprendió a propios y extraños con declaraciones que nadie esperaba.
La entrevista comenzó de manera relajada. El periodista le preguntó sobre su carrera, sus proyectos futuros y la evolución de la música latina. Marco Antonio, con su tono pausado y sonrisa característica, respondía como siempre: con calidez y respeto. Pero en un momento, la charla dio un giro inesperado.
“En todos estos años he aprendido que en la música no todo es armonía”, dijo el intérprete. “Hay personas que, por sus acciones, su manera de trabajar o su trato, te dejan una huella… pero no siempre positiva.”
Ante la insistencia del entrevistador, Marco Antonio confesó que había cinco artistas con los que había tenido experiencias tan incómodas o decepcionantes, que preferiría no volver a cruzar caminos profesionales. No dio nombres de inmediato, sino que describió situaciones, dejando que los oyentes adivinaran.
La primera historia se remontaba a principios de los años noventa, cuando un colega lo invitó a colaborar en una canción, pero nunca le dio el crédito correspondiente. “Es como si hubieras trabajado meses en algo y al final te borraran de la historia”, comentó con un dejo de tristeza.
En otro caso, relató cómo un artista emergente, a quien él había ayudado en sus inicios, terminó hablándole con desprecio en público, buscando llamar la atención. “A veces la fama cambia a las personas”, reflexionó.
Las anécdotas seguían, cada una más intrigante que la anterior: un productor que intentó modificar sus letras sin permiso, un cantante que se apropió de una melodía que habían trabajado juntos, y un intérprete que canceló una gira conjunta a último momento, dejándolo con compromisos incumplidos ante miles de fans.
“En ese momento sientes coraje, claro”, admitió Marco Antonio. “Pero también aprendes a no depender de la integridad de los demás para seguir adelante. El tiempo pone todo en su lugar.”
Aunque no mencionó los nombres explícitamente durante la entrevista, la descripción detallada de cada episodio encendió un incendio en las redes sociales. Fanáticos y curiosos comenzaron a lanzar teorías y a buscar pistas en viejas fotografías, presentaciones y colaboraciones. Algunos creían tener la lista completa, mientras que otros defendían que Marco Antonio, fiel a su estilo, nunca señalaría directamente a nadie.
Lo cierto es que el artista no parecía arrepentido de haber hablado. Por el contrario, explicó que su intención no era generar conflicto, sino mostrar que incluso en el mundo del espectáculo, donde abundan las luces y los aplausos, también existen sombras y decepciones.
“Creo que a mi edad uno ya no tiene por qué callar las cosas que ha vivido. No lo digo por rencor, sino porque es parte de la historia. La gente ve el escenario, pero no lo que pasa detrás”, afirmó.
El impacto fue inmediato. Los medios replicaron la noticia en cuestión de horas, y algunos programas de espectáculos intentaron invitarlo para profundizar en el tema. Sin embargo, Marco Antonio se mantuvo firme en no dar más detalles.
Mientras tanto, sus fans lo defendían en redes, asegurando que la sinceridad del cantante demostraba su calidad humana. Otros, en cambio, criticaban que sacar estos temas tantos años después podría interpretarse como un ajuste de cuentas tardío.
Sea cual sea la interpretación, lo cierto es que Marco Antonio Solís logró lo que pocos artistas pueden: provocar un debate nacional sobre la ética y el respeto en la industria musical, sin necesidad de dar nombres ni caer en ataques directos.
Y aunque la incógnita sobre quiénes son esos cinco artistas sigue sin resolverse, lo que queda claro es que, incluso después de 65 años de vida y una carrera impecable, el “Buki” todavía tiene historias que contar… y secretos que guardar.