La polémica tras Eurovisión 2025 no cesa, y en esta ocasión el protagonista es Lorenzo Ruiz, el padre de Melody, quien ha estallado públicamente denunciando irregularidades en el sistema de televoto que, según él, perjudicaron gravemente la participación de su hija en el concurso europeo.

La joven cantante española, conocida desde niña por su voz dulce y éxitos como “Dabadabadá”, vio cómo sus esperanzas de un buen puesto se desvanecían con una clasificación final que no reflejó para nada el esfuerzo, la calidad y la entrega que mostró en el escenario.

Esta frustración familiar ha prendido la mecha de un debate más amplio sobre la transparencia del proceso de votación y la influencia que diversos factores externos, tanto políticos como estratégicos, podrían tener en las decisiones finales.

Lorenzo no dudó en expresar su disgusto a través de redes sociales y declaraciones en distintos medios de comunicación, denunciando que el televoto no está funcionando con justicia y que la participación de artistas como Melody está siendo ignorada por un sistema que no premia el talento sino otros intereses ocultos.

Esta reacción ha generado un fuerte eco en la prensa y en el público, que se ha volcado con mensajes de apoyo hacia Melody y críticas hacia la organización del festival y el método empleado para elegir al ganador.

Es importante recordar que la carrera de Melody comenzó muy temprano, con un debut musical que la convirtió en una estrella infantil reconocida en toda España y América Latina.

Su voz ha evolucionado con los años, y su participación en Eurovisión 2025 fue vista como una oportunidad para consolidar su posición como artista adulta en la escena internacional.

Sin embargo, el resultado final ha sido un golpe duro no solo para ella, sino para toda su familia, que había depositado muchas ilusiones en esta experiencia.

El Benidorm Fest, el concurso nacional que selecciona al representante español para Eurovisión, también ha estado bajo la lupa en los últimos años, con críticas sobre su organización, criterios de selección y la transparencia del proceso.

La denuncia de Lorenzo Ruiz añade una nueva capa a esta problemática, sugiriendo que incluso una vez seleccionados, los artistas pueden enfrentarse a injusticias dentro del propio festival europeo.

Además de cuestionar el televoto, Lorenzo ha señalado la enorme presión mediática y la expectación que rodean a Melody, algo que no siempre es fácil de manejar para una joven artista.

La familia ha manifestado su deseo de que esta situación sirva para abrir un diálogo serio sobre cómo apoyar mejor a los participantes y garantizar que sus méritos artísticos sean reconocidos de forma justa.

Por otro lado, el sistema de votación de Eurovisión siempre ha sido un tema polémico, con acusaciones frecuentes de politización y favoritismos.

Las alianzas entre países y los votos estratégicos forman parte de una compleja red que influye en los resultados, y muchos artistas talentosos han visto cómo su trabajo quedaba relegado en favor de otros factores.

Lorenzo Ruiz se suma a esta crítica, demandando que se revisen los mecanismos para que la votación refleje realmente el talento y la calidad musical.

Mientras tanto, Melody sigue adelante con su carrera, demostrando una madurez notable frente a las adversidades.

Ha recibido el apoyo de numerosos seguidores y profesionales que reconocen su talento y la animan a no dejarse vencer por las críticas o los obstáculos que ha encontrado en esta edición de Eurovisión.

Su paso por el concurso, aunque difícil, puede ser solo un trampolín hacia nuevas oportunidades y un reconocimiento más amplio en el futuro.

Este episodio también pone en evidencia cómo Eurovisión trasciende lo musical y se convierte en un espejo de las tensiones políticas, sociales y culturales de Europa.

Los artistas no solo compiten con sus voces y canciones, sino también con las complejidades de un entorno cargado de intereses que muchas veces escapan a su control.

La valentía de Melody y el apoyo de su familia frente a estas dificultades son un ejemplo de la fortaleza necesaria para enfrentar un escenario tan exigente.

En definitiva, la denuncia de Lorenzo Ruiz tras el televoto en Eurovisión 2025 no solo es una queja familiar, sino un llamado a la reflexión para la organización del festival y para todos los implicados en un evento que mueve millones de espectadores cada año.

La justicia, la transparencia y el respeto al talento deben ser los pilares fundamentales para que el concurso siga siendo una celebración genuina de la música y la cultura.

Así, mientras se esperan posibles respuestas oficiales o cambios en el sistema, la historia de Melody y su padre se ha convertido en uno de los capítulos más comentados de esta edición de Eurovisión, generando una ola de debates sobre cómo mejorar un formato que, a pesar de sus éxitos, todavía enfrenta desafíos importantes para garantizar la equidad y la calidad artística.