En un episodio sorprendente de su programa, Susanna Griso, la famosa presentadora de televisión, rompió el guion y, junto con Carlos Alsina, expuso de manera incómoda al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Durante una conversación sobre su papel como mediador entre el gobierno de España y Venezuela, Zapatero se mostró titubeante, incapaz de contestar con claridad las preguntas más incisivas de Alsina sobre sus conexiones con Venezuela y su actual rol internacional.
El ex presidente español, que en los últimos años ha sido considerado una figura clave en la mediación entre el régimen de Nicolás Maduro y las potencias internacionales, especialmente en su relación con España, se vio sorprendido y desbordado por las preguntas directas sobre su relación con el gobierno venezolano. La intervención de Griso y Alsina dejó a Zapatero visiblemente incómodo, y sus respuestas fueron evasivas.
La conversación comenzó con una pregunta de Carlos Alsina que, de forma directa, apuntaba al papel de Zapatero como “embajador plenipotenciario” de Pedro Sánchez en Venezuela. “¿A qué se dedica hoy Rodríguez Zapatero?” preguntó Alsina, sin dejar espacio para rodeos. La respuesta de Zapatero fue titubeante, indicando que actualmente está involucrado en varias cosas, pero sin especificar de manera concreta su implicación en los asuntos venezolanos.
Cuando el tema pasó de la política nacional a la internacional, la tensión aumentó. A Zapatero se le preguntó por su relación con el régimen de Maduro y sus actividades como mediador. Aunque intentó desviar el tema, diciendo que su papel era el de liberar a presos españoles en Venezuela, se mostró reacio a entrar en detalles sobre su implicación directa en los temas más controvertidos, como las acusaciones sobre la dictadura de Maduro.
Un Enfrentamiento Sobre Venezuela
Zapatero intentó defender su actuación diciendo que se había involucrado en la liberación de presos y rehenes en Venezuela, lo que le otorgó una sensación de satisfacción personal, pero rápidamente los periodistas se dieron cuenta de la falta de claridad en sus respuestas. En particular, la pregunta sobre si consideraba que Venezuela es una dictadura y si Maduro es un dictador dejó a Zapatero sin palabras. “Es una pregunta recurrente,” dijo, y aunque trató de defender su postura de mediador, su incomodidad era evidente.
Algunos de los comentarios más polémicos surgieron cuando Zapatero comenzó a hablar sobre la situación política en Venezuela, mencionando la importancia de la discreción en sus negociaciones y la ayuda que ha proporcionado a las familias de los presos políticos, pero no ofreció ninguna respuesta directa sobre la situación política en el país sudamericano. Esto dejó a la audiencia con más preguntas que respuestas sobre cuál es realmente el papel de Zapatero en las negociaciones con el régimen de Maduro.
La Sombra de las Hijas de Zapatero
Lo que añadió más incomodidad a la situación fue el hecho de que no se mencionó un aspecto clave que ha causado controversia en los últimos años: las conexiones de sus hijas, Laura y Alba Zapatero, con el régimen de Maduro. En recientes reportajes se ha destapado que las hijas del expresidente están involucradas en un negocio que ha experimentado un gran auge en Venezuela. Su empresa, relacionada con los videojuegos, ha recibido contratos por parte del gobierno venezolano, que ha mostrado un interés creciente en controlar las redes sociales y los videojuegos para controlar la población más joven.
Este dato, revelado por medios de comunicación como Objective y otros, ha aumentado las especulaciones sobre los lazos familiares de Zapatero con el régimen de Maduro. La falta de comentarios directos sobre este tema durante la entrevista contribuyó aún más a la percepción de que hay una conexión incómoda que no se está discutiendo abiertamente.
La Defensa de Zapatero
Zapatero intentó defender su trabajo al decir que había dedicado muchas horas de su vida a mediar por los derechos de los venezolanos, en particular los que se encontraban en prisión. Sin embargo, su actitud parecía desbordada por las preguntas y no logró responder con la misma claridad con la que defendió su legado en otros temas. A pesar de los intentos de Griso y Alsina por profundizar en las contradicciones de su discurso, Zapatero mantuvo una postura distante y evitó entrar en detalles comprometedores.
Griso, en un momento particularmente incisivo, preguntó por qué, si su gestión había sido tan exitosa en la liberación de rehenes, las críticas hacia su figura eran tan frecuentes, especialmente en cuanto a sus vínculos con el gobierno venezolano. A esto, Zapatero respondió que no le afectaban las críticas, señalando que su trabajo era el de servir a los demás, no el de buscar reconocimiento. Sin embargo, la incomodidad seguía creciendo, y su respuesta no convenció a la audiencia.
La Solución Pacífica y la Dificultad de la Situación Venezolana
A pesar de sus esfuerzos por defender su mediación y su papel en Venezuela, Zapatero no pudo evitar la creciente incomodidad. De hecho, se le preguntó por la situación actual de Venezuela, donde, a pesar de la supuesta legitimidad de Edmundo González como ganador de las elecciones, el gobierno de Maduro sigue negándose a reconocer los resultados. En cuanto a la pregunta sobre qué futuro tiene Venezuela en este momento, Zapatero se mostró evasivo, afirmando que confiaba en una solución pacífica, pero sin ofrecer detalles claros sobre los próximos pasos.
La entrevista terminó con una reflexión de Zapatero sobre la situación internacional, en la que mencionó la creciente tensión entre Europa y Estados Unidos, particularmente en relación con el presidente Trump y sus políticas arancelarias. Sin embargo, incluso este tema fue tratado con cautela, sin ahondar demasiado en los posibles efectos para España y la Unión Europea.
Conclusión
El enfrentamiento entre Susanna Griso, Carlos Alsina y José Luis Rodríguez Zapatero puso al expresidente español en una situación incómoda, en la que sus respuestas no pudieron ocultar las posibles contradicciones de su papel en Venezuela. Las preguntas sobre su relación con el régimen de Maduro, su mediación en la liberación de presos, y las implicaciones de los negocios de sus hijas con el gobierno venezolano, quedaron sin una respuesta clara, dejando al público con más dudas que certezas sobre su verdadera implicación en estos temas.
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