A lo largo de su más de 60 años de carrera, Ramón “Palito” Ortega ha logrado convertirse en una de las figuras más influyentes de la música popular argentina y latinoamericana. Conocido por su característico estilo de “hombre triste en canciones alegres”,

Palito es mucho más que un cantante: es un referente de la cultura pop, un pionero del rock latino y un hombre multifacético que ha tocado diversas áreas del entretenimiento, desde la música hasta la política. A sus más de 80 años, su vida sigue siendo un ejemplo de superación y perseverancia, marcada por altibajos, pero también por grandes logros y un profundo amor familiar.

Infancia Difícil y Primeros Pasos en la Música

Nacido el 28 de febrero de 1941 en Lules, un pequeño pueblo en Tucumán, Argentina, la vida de Palito Ortega comenzó en medio de la pobreza. Desde muy joven, tuvo que trabajar para ayudar a su familia, vendiendo periódicos y limpiando zapatos. La muerte de su hermana Rosario, cuando Palito tenía solo 11 años, fue una de las primeras tragedias que marcaron su vida. A pesar de las dificultades, la música siempre fue su refugio. A los 16 años, se trasladó a Buenos Aires con una maleta de cartón y grandes sueños.

En la capital argentina, comenzó su carrera en el mundo del espectáculo trabajando de manera ocasional, vendiendo café cerca de la estación de televisión Canal 7, donde hizo contactos con músicos y artistas. Fue en Buenos Aires donde Palito descubrió el rock, escuchando por primera vez a Elvis Presley y viendo a los jóvenes bailar en los parques al ritmo de su música. Pronto, Palito Ortega se unió a la banda Carlitos y su Grupo, donde aprendió a tocar la batería y comenzó a forjar su camino hacia el estrellato.

El Hombre Triste y la Música de Éxito

A mediados de la década de 1960, Palito Ortega se lanzó como solista, adoptando el apodo de “El hombre triste de las canciones alegres”, un apodo que surgió de la mezcla de sus letras melancólicas con su estilo musical enérgico. Fue este contraste lo que captó la atención del público, y su carrera despegó rápidamente. Con canciones como La Casa del Sol Naciente y Un Muchacho Como Yo, Ortega se convirtió en uno de los mayores exponentes del pop argentino, llevando la música argentina a toda América Latina. A través de sus letras, que hablaban del amor, la soledad y las desventuras sentimentales, Palito conquistó al público joven de la época.

El Amor con Evangelina Salazar

Uno de los momentos más significativos en la vida de Palito Ortega fue su encuentro con Evangelina Salazar, una actriz que también alcanzaba la fama en la televisión y el cine. Desde muy joven, Palito había admirado a Evangelina, incluso cuando ella aún era solo una niña. Años después, sus destinos se cruzaron en Buenos Aires, y comenzó una historia de amor que perdura hasta el día de hoy. Se casaron en 1967, y juntos formaron una familia numerosa, con seis hijos.

La relación de Palito y Evangelina se caracteriza por un profundo respeto y un amor inquebrantable, a pesar de los desafíos que enfrentaron. Evangelina, aunque disfrutaba de una exitosa carrera actoral, decidió poner su familia por encima de su carrera y se retiró del mundo del espectáculo para dedicarse a la crianza de sus hijos. Palito, por su parte, siempre priorizó su familia, a pesar de su intensa agenda como músico y, más tarde, como político.

Política y Desafíos Personales

A principios de los años 90, Palito Ortega dio un giro inesperado en su carrera al incursionar en la política. En 1991, se postuló y ganó las elecciones para gobernador de la provincia de Tucumán. Esta decisión llevó a la familia Ortega a mudarse a Tucumán, lo que implicó grandes ajustes para Evangelina, quien tuvo que adaptarse a un rol completamente nuevo como Primera Dama. A pesar de las dificultades, Evangelina siempre apoyó a su esposo en su nueva faceta política, aunque, como ella misma admitió, fue una época de tensiones y ajustes en su relación.

Un Legado de Amor y Resiliencia

Hoy en día, a sus 83 años, Palito Ortega sigue siendo una figura destacada en el ámbito musical y político. Si bien sus días de fama en los escenarios pueden haber quedado atrás, su legado como pionero del pop argentino perdura. Su música continúa siendo un referente para generaciones de fanáticos, y su historia es un testimonio de resiliencia, amor y dedicación.

A través de su carrera y su vida familiar, Palito Ortega ha enseñado que el éxito no solo se mide en logros profesionales, sino también en la capacidad de mantener unida a la familia y afrontar los desafíos con amor y compromiso. Hoy, tanto Palito como Evangelina siguen siendo un ejemplo de amor y respeto mutuo, inspirando a quienes los rodean con su historia de vida.